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Enero 2023 / 109
Se necesitan más trabajadores para compensar el envejecimiento de la población y pagar las pensiones. Mientras tanto, la población deja el interior del país para marcharse a la costa.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado un avance del censo correspondiente al año 2021.De su lectura llaman especialmente la atención dos cosas: la brusca ralentización en la llegada de inmigrantes a España y la rapidez con que la población abandona el interior del país —con la notable excepción de Madrid— en favor de las zonas costeras.
La comparación con el censo de 2011 (hasta ahora, el estudio se llevaba a cabo cada 10 años) muestra que en una década el número de extranjeros residentes apenas ha aumentado el 2,9%. Son solo 150.000 personas más, una cifra especialmente baja si se tiene en cuenta que entre los censos de 2001 y 2011 se establecieron en el país 3,69 millones de personas procedentes de otros países, ¡el 234,1% más! Fue un movimiento de población inédito en la historia contemporánea española.
¿Qué ha ocurrido? Las causas de la caída del número de inmigrantes son fundamentalmente dos: la recesión económica derivada de la crisis financiera de 2008 y la pandemia del coronavirus. Ambos fenómenos desencadenaron un repentino incremento de la tasa de desempleo, lo que llevó a un gran número de personas —sobre todo aquellas que llevaban poco tiempo en el país— a regresar a sus lugares de origen y disuadió a otras de venir a España. Salvo Finlandia, todos los países de la Unión Europea registraron una caída en el número de inmigrantes en 2020. En términos absolutos, España fue el primero de la lista, con 282.600 menos, según Eurostat.
El menor flujo de trabajadores extranjeros contrasta con la necesidad de paliar los efectos del rápido envejecimiento de la población nacida en España y de cubrir decenas de miles de puestos de trabajo. España tiene una de las tasas de natalidad más bajas del mundo: 1,3 hijos por mujer, insuficiente para que el número de habitantes no descienda. Las defunciones ya superan el número de nacimientos prácticamente en todas las comunidades autónomas.
Según el plan España 2050 del Gobierno, es preciso incorporar al mercado laboral varios millones de inmigrantes de aquí a mediados de siglo para compensar el menor número de españoles en condiciones de trabajar —consecuencia del envejecimiento de la población— y garantizar el pago de las pensiones a los jubilados. Los integrantes del baby boom —nacidos entre finales de la década de 1950 y mediados de la de 1970— ya han comenzado a jubilarse, por lo que el gasto en pensiones se incrementará sustancialmente en las próximas décadas.
Según las previsiones del Ejecutivo, cada año deberían llegar un mínimo de 191.000 extranjeros dispuestos a trabajar para sostener el sistema de la Seguridad Social. “Si podemos llegar a más, mejor”, subraya el plan España 2050. El cumplimiento de ese objetivo mínimo supondría la incorporación de más de 5 millones de nuevos inmigrantes al mercado laboral en 2050. Actualmente, el número de extranjeros dados de alta en la Seguridad Social ronda los 2,3 millones. A pesar de la magnitud de las cifras, los cálculos del Gobierno son sensiblemente inferiores a los efectuados por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), cuyos expertos elevan la cifra de inmigrantes necesarios a 330.00 anuales en las próximas tres décadas.
De nuevo al alza
Una vez superadas la Gran Recesión y la crisis del coronavirus, los datos más recientes y las proyecciones estadísticas vaticinan, en efecto, que el número de extranjeros que vendrá trabajar a España va a crecer de nuevo. En 2021 ya se registró un saldo migratorio positivo de 148.000 personas (530.00 llegaron del extranjero y 382.000 abandonaron el país). El INE aún no tiene datos definitivos, pero estima que ese saldo migratorio aumentó notablemente en 2022, hasta las 484.000 personas. El órgano estadístico proyecta un dato similar para 2023 y un ligero decrecimiento a partir de ese año.
El censo de 2021 muestra que España ha ganado 584.882 habitantes en 10 años, hasta alcanzar los 47,4 millones. Según los cálculos del INE, en los próximos 15 años la población va a crecer en 4,2 millones de habitantes (el 8,9%), hasta superar los 51 millones en 2037. En ese momento, uno de cada cuatro españoles tendrá más de 65 años. En el año 2072, dentro de medio siglo, en España vivirán 52,9 millones de personas. “El aumento de población se debería, por tanto, exclusivamente, a la migración internacional”, afirma el INE. Si España no registrase un saldo migratorio positivo, el aumento de las defunciones, claramente superior al número de nacimientos, daría lugar a una caída de la población durante todo el periodo proyectado. Según las previsiones, la población nacida en España irá disminuyendo paulatinamente en los próximos años y pasará de ser el 84,5% actual al 63,5% dentro de 50 años.
Actualmente, residen en España 5,4 millones de extranjeros. Los más numerosos tienen nacionalidad marroquí (775.294 personas), rumana (658.005), británica (313.975), colombiana (297.682), italiana (279.724), venezolana (208.980) y china (197.645).
¡Todos a la costa!
Alicante, Almería e Islas Baleares son las provincias que han visto crecer más rápido la población extranjera en la segunda década del siglo. Detrás marchan Santa Cruz de Tenerife, Málaga, Girona y Barcelona. Es una muestra del continuo movimiento de la población —en general, no solo extranjera— hacia el litoral en detrimento del interior del país. Tradicionalmente, la población suele desplazarse hacia las zonas que ofrecen más oportunidades laborales.
En 2070 uno de cada tres habitantes no habrá nacido en España
El censo de 2021 muestra que las dificultades de frenar la despoblación de la España interior. Zamora, Cuenca y León, por ejemplo, han perdido en torno al 10% de sus habitantes en los últimos 10 años, mientras que Baleares, Málaga y Almería han visto crecer su población entre el 6% y el 8%. Por comunidades autónomas, las que más han crecido son Baleares (7,5%), Madrid (4,7%) y Canarias (4,6%).
El 75% de los municipios españoles con más de 10.000 habitantes han perdido población en los últimos 10 años. De ellos, 7 de cada 10 están en Asturias. Cangas del Narcea, por ejemplo, ha visto como el 15% de sus residentes se ha marchado a otro lugar. Algunas zonas agrícolas, sin embargo, han visto aumentar su población extranjera. Es el caso de varias comarcas de Cataluña y Aragón, donde el cultivo de la fruta precisa de mucha mano de obra.
+10% de habitantes han perdido en 10 años las provincias de Zamora, Cuenca y León
+6% han crecido: Islas Baleares, Málaga y Almería
Madrid es un imán cada vez más potente para la población autóctona y extranjera. Hasta 3 de las 10 localidades que más vecinos han ganado están en esa comunidad. Y de todos los españoles que han retornado al país en la última década tras pasar una temporada fuera (unos 400.000), la cuarta parte se ha establecido en la Comunidad de Madrid.
Se da la circunstancia de que en aquellas zonas que atraen más población, el crecimiento es mayor en las zonas periféricas que en las ciudades. En Madrid, pueblos cercanos como Arroyomolinos, Paracuellos, Rivas-Vaciamadrid y Boadilla del Monte están entre los que más crecen en términos porcentuales. También lo hacen Seseña e Illescas, pertenecientes a la provincia de Toledo pero muy cercanas a Madrid. En Barcelona sucede lo mismo con San Cugat y Sant Just Desvern. En Málaga, Sevilla y Valencia se observa la misma tendencia. En estas dos últimas, las capitales incluso han perdido población en favor otras localidades de su zona metropolitana.
De mantenerse las tendencias demográficas actuales, el INE vaticina una evolución muy dispar por comunidades autónomas en los próximos 15 años: aumentará la población en 13 y descenderá en cuatro. Los mayores incrementos porcentuales se registrarán en Islas Baleares (25,0%), Región de Murcia (16,0%) y Canarias (15,5%). Por el contrario, los descensos más acusados se darán en Asturias (–6,7%), Extremadura (–5,8%) y Castilla y León (–4,1%).
Cambio metodológico |
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha cambiado la manera en que elabora el censo. Desde mediados del siglo XIX el estudio se llevaba a cabo mediante entrevistas a hogares, pero el de 2021 ha utilizado como referencia exclusiva una “combinación de registros administrativos”. Según el INE, este es un método de mayor calidad y más eficiente. España es uno de los 15 países del mundo que han adoptado el nuevo sistema. A partir de ahora, por primera vez desde 1857, el censo se publicará anualmente, en lugar de cada 10 años. |