Faltan estadísticas clave

La falta de estadísticas precisas impide conocer la situación real de un determinado problema y poder adoptar las medidas adecuadas para resolverlo. En Grecia, por ejemplo, en 2009 no había catastro de los bienes inmuebles, muchos propiedad de la Iglesia. Luego se descubrió que las cuentas sobre el déficit público eran falsas. El descubrimiento de estas falsedades llevó al país a la quiebra sin que el Gobierno pudiera reaccionar debido a un desconocimiento de las finanzas públicas.

 

En España, uno de los desafíos más serios es el de la vivienda, especialmente por su desproporcionado coste en relación con los salarios y la ausencia de estadísticas fiables. Se desconocen los precios de venta proporcionados por las empresas que gestionan estas operaciones. Ni la compra ni el alquiler son factibles para un importante segmento de la población. 

Las dificultades empeoraron a raíz de la crisis financiera de 2008, que ocasionó un alud de desahucios, el drama social más grave de este país. Es una realidad de la que se tiene un conocimiento muy parcial debido a la falta de estadísticas completas.

Para un dato tan necesario como el número de familias que han sido expulsadas de sus casas tenemos datos muy diversos. Las primeras estadísticas fueron elaboradas por el Consejo General del Poder Judicial, que ha estimado que entre 2008 y 2021 los juzgados acordaron 755.150 lanzamientos o desalojos, pero sin precisar los que eran de vivienda principal. 

 

Ante el agravamiento de la situación, el Banco de España efectuó sus propios estudios con datos de los bancos. Según el supervisor, durante los cuatro años que realizó estas estadísticas (2011-2015)un total de 133.004 familias perdieron su vivienda habitual. A partir de 2014 el Instituto Nacional de Estadística (INE) inició una recogida de información más detallada. Según el INE, entre 2014 y 2021 el total de lanzamientos por ejecuciones hipotecarias de viviendas habituales ha ascendido a 127.841 casos. 

 

También resulta misión imposible conocer el número de pisos vacíos. El estudio El derecho a la vivienda, realizado por el Consejo de Trabajo, Económico y Social de Cataluña, reconoce: “Desgraciadamente no se dispone de datos convincentes sobre el número de viviendas vacías”, una estadística necesaria para conocer las casas que podrían estar disponibles para las necesidades más perentorias.

 

Tampoco sabemos las viviendas que la Sareb, o banco malo, recibió de los bancos que fueron intervenidos por el Estado tras la crisis financiera. La entidad anunció en 2021 que había destinado 15.000 viviendas para ampliar el parque social. La economista Carmen Trilla, una de las mejores conocedoras del mercado de la vivienda, señala: “El problema de la Sareb es que es muy opaca. Nos sabemos cuántos pisos le adjudicaron, ni a qué precio, ni la cantidad por la que se vendieron a los fondos”.  Va a ser muy difícil solucionar el problema de la vivienda sin disponer de las estadísticas que describan la realidad del sector.