La larga marcha de la Europa social
Los objetivos sociales de la Unión han afrontado muchos obstáculos y han ido siempre por detrás de los económicos y financieros
La política social de la Unión Europea se ha desarrollado con mucho retraso en relación con otros objetivos, como han sido los económicos y monetarios. En el Tratado de Roma de 1957 las cuestiones sociales estaban limitadas a la movilidad de los trabajadores, la formación profesional y la igualdad entre hombres y mujeres. En aquel momento, como recordó Jacques Delors en 1996, “la principal ambición de la Comunidad era la construcción de un amplio espacio de paz y de prosperidad fundado sobre la cooperación política y económica”.
La política social ha sido durante muchas décadas una competencia relegada a los Estados. Y esto explica que haya diferencias tan notables dentro de la Unión entre los países nórdicos más protectores y con políticas distributivas más sólidas que los países del Sur.
La construcción no ha sido fácil. Hay que tener en cuenta que la Confederación Europea de Sindicatos (CES), creada en 1973, apostó desde su nacimiento por un europeísmo crítico. “La CES constituye un proyecto de contrapoder frente a las instituciones comunitarias y las patronales europeas, como lo son los...