La falsa promesa de Trump
La guerra arancelaria no devolverá empleos a EE UU, sino que empeorará la situación de las clases populares
Lo que está en juego con los derechos arancelarios de Donald Trump no son solo los intercambios comerciales, sino una promesa de justicia: la idea de que los trabajadores poco cualificados, sacrificados por la globalización, podrían acabar siendo los ganadores de una revancha proteccionista. Esto sería justo, pero no es lo que va a suceder.
La Administración de Trump defiende una idea simple: si la globalización ha destruido empleos, entonces la desglobalización —en otras palabras: gravar las importaciones y reubicar la producción—...