RSC: ¿coartada o compromiso?
Algunas multinacionales usan la responsabilidad social corporativa como maquillaje para aumentar sus beneficios. Para impedirlo, la Unión Europea dibuja un marco legislativo más estricto y de obligado cumplimiento
La acentuación de los fenómenos de la deslocalización y externalización, la reorganización del comercio mundial y la internacionalización de los mercados de trabajo y de capitales que provocan una fragmentación de la producción vienen acompañadas de conflictos sociales, ambientales y de violaciones de derechos humanos. Para dar respuesta a estos retos de carácter global, los organismos regionales y multilaterales han desarrollado normas e iniciativas voluntarias de dudosa efectividad: el Pacto Mundial de Naciones Unidas y las Líneas Directrices para Empresas Multinacionales de la OCDE son dos ejemplos.
Junto con estas iniciativas voluntarias aparece el concepto de responsabilidad social corporativa (RSC): la empresa multinacional debe afrontar responsabilidades en asuntos que, en muchos casos, escapan de la capacidad de los Estados, como el cambio climático, la escasez de agua, las enfermedades infecciosas, los derechos humanos y la corrupción. Siguiendo esta tesis, cada empresa debe establecer sus prioridades basándose en criterios objetivos relacionados con su capacidad de incidencia e impacto.
Ahora que el...