El turboacelerador de la ciencia
Las redes neuronales artificiales impregnan ya la investigación científica en la mayoría de disciplinas
“La inteligencia artificial podría marcar el comienzo de un nuevo renacimiento del descubrimiento científico”, proclamó en noviembre pasado Demis Hassabis, cofundador de DeepMind, la empresa británica de inteligencia artificial (IA) que Google adquirió hace ya 10 años. En su opinión, estamos entrando en una nueva era de “ciencia a velocidad digital” en la que la IA actúa como “un multiplicador del ingenio humano”, de forma similar a como el telescopio y el microscopio impulsaron la ciencia tras el fin de la Edad Media. “Será una de las tecnologías más transformadoras y beneficiosas que jamás se haya inventado”, agregó.
Yann LeCun, otro de los grandes impulsores del aprendizaje automático, que trabaja para Facebook desde 2013, abunda en la misma idea: ”Al amplificar la inteligencia humana, la IA puede propiciar un nuevo Renacimiento, tal vez una nueva fase de la Ilustración”.
Aunque las redes neuronales artificiales, sobre las que se basa el aprendizaje automático y el auge actual de la inteligencia artificial, empezaron a utilizarse en las dos últimas décadas del siglo pasado, su uso fue en un...