Diamantes de sangre hacia España y Andorra
La Audiencia Nacional investiga el circuito del dinero que alimentó los delitos de lesa humanidad en Sierra Leona y Liberia en la guerra brutal que conmocionó al mundo en el cambio de siglo
La guerra que asoló Sierra Leona y Liberia en los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI conmocionó al mundo por la brutalidad extrema de los señores de la guerra —con Charles Taylor, condenado luego a 50 años de cárcel por un tribunal internacional creado ad hoc, como máximo exponente— y contribuyó como pocas a reforzar el estigma de que África no tiene solución ante el estallido habitual de conflictos tribales, presentados, a menudo, como inextricables e irresolubles.
Sin embargo, las ONG y Naciones Unidas advirtieron casi en tiempo real, y luego las sospechas fueron todas ratificadas en el proceso penal del tribunal internacional, que la auténtica gasolina de la guerra brutal no había que buscarla tanto en el ADN tribal como en el de la codicia occidental: los traficantes de armas y de diamantes —en las minas de Sierra Leona se extraen piedras preciosas de calidad suprema— no solo estaban haciendo su agosto a costa de miles de víctimas —70.000 muertos y 2,6 millones de desplazados, según el recuento oficial— y de prácticas inhumanas como el empleo de niños soldado, sino que determinaban...