Tener que buscar más de un empleo para ganarse la vida no es algo nuevo en nuestra historia económica, pero la devaluación salarial y la precariedad laboral alimentan la pluriactividad, que consiste en ser autónomo y a la vez cotizar en el régimen general. En 2017 hay casi 20.000 más que hace cuatro años.
Había pensado otro título para este artículo: “El precariado de nuestros hijos y nuestros nietos se cronifica”, pero este fenómeno se está generalizando tanto que ya no distingue ni de géneros, ni de edades, ni de territorios.