B Corp: negocios para la gente y la naturaleza
La red B Corp agrupa a empresas que ayudan a resolver problemas sociales y medioambientales
La red B Corp agrupa a empresas que ayudan a resolver problemas sociales y medioambientales
Teresa Ribera (Madrid, 1969), dirige desde hace dos años el Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI) de París. Asesora del PSOE en materia de energía y clima, dirigió previamente la Oficina Española del Cambio Climático (2004-2008) y fue, hasta 2011, secretaria de Estado de Cambio Climático.
Para practicar la mentalidad ecológica, la moda propone vestirse con prendas bonitas que además no dañen el medio ambiente. Es difícil distinguir el grano de la paja. Aquí van algunas ideas para adentrarse en el mundo de la ropa sostenible, que se contrapone a la ‘fast fashion’ y cuyos criterios de definición
(y certificación) son heterogéneos
Las prendas con que nos cubrimos la piel, los zapatos que calzamos, los bolsos donde guardamos las llaves y hasta los pendientes con que nos ataviamos caben en el cambio de chip a una mentalidad ecológica.
Se presenta como el campeón del cambio climático, tanto si se tiene en cuenta el consumo energético como las emisiones de CO2 que genera. Incluso un tren de alta velocidad, que a priori no favorece el ahorro de energía, resulta más ventajoso que el coche desde un punto de vista medioambiental. La planificación es clave porque para que sea así los trenes deben ir llenos.
Uno de cada diez ciudadanos usa la bicicleta cada día y la mitad la utiliza con alguna frecuencia, según una encuesta a 1.903 personas incluida en el último Barómetro Anual de la Bicicleta (septiembre de 2015). La mitad de los sondeados dice conocer un sistema público de transporte con bicis, pero sólo el 13,1% de ellos lo utiliza. Muchos municipios que implantaron estas redes de uso común se han echado atrás.
En 2015 se vendieron en España 2.839 coches eléctricos e híbridos. Es una porción minúscula del parque automovilístico español. No se puede equiparar coche eléctrico a coche ecológico, pues otros factores influyen en que no contamine tan poco como se pretende. Pero está claro que la sencillez de su motor, su innecesario mantenimiento, su conducción menos agresiva lo impulsarán. Hoy aún es cosa de ricos.
Lo mejor sería, simplemente, quedarse quieto. Trabajar cerca de casa o abonarse al teletrabajo. O no basar nuestras apuestas de ocio en desplazamientos continuos... ¡especialmente los desplazamientos de fin de semana en avión! La vida sostenible pasa por una movilidad sostenible, y eso significa (...)
Los consumidores y activistas cuentan cada vez con más análisis de alto nivel económico-financiero, que rastrean el impacto social de las corporaciones y muy particularmente su huella de combustibles fósiles. Las empresas que tratan de esquivar su responsabilidad se arriesgan a ser objeto de campañas que dañen su reputación.
La exigencia de inversiones “socialmente responsables” empieza a ser una variable que considerar en los mercados, especialmente en los que tienen que ver con el impacto en el medio ambiente y el cambio climático. En los últimos años se han creado índices que excluyen las corporaciones de combustibles fósiles ante las dudas sobre su viabilidad en un escenario de imperativa reducción de emisiones.
Las finanzas éticas, ya sea de base cooperativa o con valores, únicamente financian proyectos que respeten el medio ambiente y que ayuden a avanzar hacia una sociedad más sostenible. La consolidación de este segmento en España supone cada vez más opciones no sólo para empresas, sino también para particulares, que ya pueden acceder incluso a ‘ecohipotecas’.
Hasta The Wall Street Journal lo reconoce: la inversión con criterios de sostenibilidad ha dejado de ser sólo un reclamo del activismo ecologista y ya es también una magnífica oportunidad de negocio. “El año 2015 puede muy bien haber sido el año en que la inversión sostenible se ha convertido en (...)
La banca ética hace muchos años que trata de cuadrar el círculo para que el dinero ayude a mejorar el mundo. Pero con la amenaza del cambio climático, hasta Wall Street ha entendido que la inversión con criterios ecológicos es más rentable.
La cultura puede ser una herramienta para concienciar a la población de la necesidad de actuar ya para salvar el planeta. Poco a poco, todas las manifestaciones culturales han ido integrando prácticas respetuosas con el medio ambiente. Los ciudadanos pueden echar una mano con actos tan sencillos como compartir un libro, ir a cenar a un restaurante o asistir a un festival de música.
El uso de la bicicleta en España es aún minoritario si se compara con el de los países del norte de Europa, pero la tendencia está cambiando. Muchos ciudadanos han renunciado al coche en propiedad y, cuando necesitan uno para desplazarse por la ciudad, recurren a los servicios de alquiler por horas. En la carretera, la opción en alza es compartir. Son prácticas más económicas y también más sostenibles.
Cada vez más viajeros tienen en cuenta el impacto de sus desplazamientos en el medio ambiente. La preocupación por el planeta también se va integrando, poco a poco, en todo tipo de manifestaciones culturales.
Transportar cartas y paquetes en bicicleta puede ser más barato e incluso más rápido que hacerlo en vehículos de motor. Lo que sí es seguro es que resulta mucho más sostenible. En los últimos años han proliferado en España las empresas de mensajería ecológica, algunas de las cuales contratan a personas con discapacidad o en situación de exclusión.
Reciclar una tonelada de papel de periódico ahorra aproximadamente una tonelada de madera, cantidad que aumenta si se trata de otro tipo de papel. Cada español consume una media de 50 kilos de papel al año en su lugar de trabajo, de los cuales la mitad acaba en el vertedero. Por ello no hay mejor lugar que la oficina para reciclar el papel utilizado.
Los ordenadores no son precisamente productos respetuosos con el medio ambiente. Consumen mucha energía, contienen materiales tóxicos y su precio de segunda mano suele ser escaso. Lo bueno es que pueden reciclarse junto a sus accessorios más habituales, entre ellos los cartuchos de tinta o las baterías. Usarlos de manera responsable es fácil si se siguen las recomendaciones de los expertos.
Algunos de los objetos fabricados por el humano que más contaminan se encuentran en el lugar de trabajo. Ordenadores, teléfonos, fotocopiadoras, papel… también son productos que pueden consumirse de manera responsable y reciclarse fácilmente con sólo tomar conciencia de la importancia de (...)
Recibe cada mes la revista en casa y ten acceso a todos los contenidos online.