El ideal europeo y sus contrapuntos
Una sugerente visión de la UE que concilia el espíritu europeísta con las críticas a su burocracia
Hay muchas formas de aproximarse a Europa, a su historia, a su trastabillada construcción o a su incomprensible funcionamiento. Josep M. Lloveras, doctor en Economía Monetaria y Bancaria por la Universidad de París 1, con más de 20 años de experiencia como funcionario y diplomático, ha escogido una fórmula muy sugerente: relatar su experiencia personal desde los diferentes puntos de observación en los que ha prestado sus servicios: Bruselas, Bangui (República Centroafricana), Sofía, Belgrado, Florencia y Atenas, entre otros.
Es un relato que aborda con sinceridad sus vivencias personales, que refuerzan la credibilidad de las exposiciones. Es la visión de un economista que, tras una dilatada trayectoria internacional, encuentra mayor sentido a su trabajo al aterrizar en las instituciones europeas. “La herencia más valiosa que conservo”, escribe, “es el amor por el ideal europeo y algún conocimiento de la Unión Europea”.
El autor no se deja llevar por un entusiasmo ingenuo, sino que describe con realismo los inconvenientes de la telaraña kafkiana de la burocracia comunitaria y la “elevada volatilidad” de las prioridades de la Comisión Europea. “Pese a ello y a mi perplejidad”, confiesa, “nunca puse en duda la institución. Me sentía, al contrario, más identificado con ella conforme mejor comprendía su razón de ser y la misión que nos guiaba”.
La exposición de Lloveras resulta muy útil para comprender los entresijos de la UE con sus aciertos y fallos. Son fiables sus opiniones cuando destaca que la labor de la Unión en África es mucho más importante de lo que se reconoce o cuando censura “la maquinaria pesada y a veces infernal" de los fondos europeos a Grecia, que “no me pareció que lograran la eficiencia del gasto ni eficacia en relación con los objetivos pretendidos”. Es una historia que inspira autenticidad y que hace más creíble la aventura europea.
La alternativa a la "distopía" de hoy
Prada recorre los retos de hoy desde la mirada de quien persigue "una sociedad decente"
"No queda otra que ser antisistema". Diáfana, la conclusión a la que llega el economista gallego Albino Prada Blanco tras analizar "la sociedad de mercado" en que vivimos, y que califica de "distopía".
¿Una distopía? Si en la Tierra aterrizara un marciano y le contaran lo que hay, la afirmación se entiende mejor. Objetivamente, hay una lucha entre un imperio en declive (EE UU) frente a un poder emergente (China). Y la batalla se libra sobre un tablero que reserva un papel primordial, en ocasiones mayor que el de los mismos Estados, a grandes multinacionales y a grupos financieros globales, cuya lógica de competencia y de búsqueda de beneficio lleva a rebajas en las condiciones de vida y trabajo de la gente, a la imposibilidad de acceso a la vivienda para una parte importante de la población, a migraciones masivas de personas que intentan sobrevivir donde y como pueden, mientras se abren paso Gobiernos posdemocráticos con frecuencia liderados por demagogos ante una ciudadanía "consumista por encima de cualquier otra consideración", con el corolario de una sobreexplotación de recursos que pone en riesgo la supervivencia del planeta.
El relato de este profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo, muy crítico con el funcionamiento y las prioridades de la Unión Europea y su banco central (el control del déficit, la deuda y la inflación), le sirve de punto de partida para reivindicar lo que llama "una sociedad decente".
Dos modelos de sociedad
En la sociedad por la que aboga el autor el uso de la riqueza posibilita que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades, al margen del azar de dónde hayan nacido. El concepto se contrapone a "la sociedad de mercado", subordinada al dinero y los precios.
El título del libro de Prada, con prólogo de Yolanda Díaz, plantea justamente este dilema: ¿Sociedad de mercado o sociedad decente? Y se trata de un dilema aplicable a cada uno de los retos a los que nos enfrentamos: la crisis energética y la emergencia climática, el modelo de transición digital en curso, la sanidad pública y las preguntas que dejó la pandemia del coronavirus y, por supuesto, los enigmas que plantean la inteligencia artificial, los opacos algoritmos y el big data. Destacan las bien documentadas reflexiones de Prada sobre la evolución del tiempo de trabajo —la revolución tecnológica no está implicando la reducción de jornada, a diferencia de lo que sucedió en el pasado—. Es una cuestión que ha trabajado a fondo.
Después de esta exposición, pudiera parecer un libro tremendista que lleva a la desesperanza. Sin embargo, el autor contrapone una salida, una vía a seguir, ante cada desafío. El hilo conductor de sus propuestas consiste en no fiar la solución al crecimiento económico, sino en priorizar en cada decisión el progreso y la inclusividad social. No es casi nada, considerando, como apuntaban hace una década Christian Laval y Pierre Dardot, y como recupera también el autor, cuál es la nueva razón del mundo: la lógica del mercado y del dinero. Resulta más difícil escapar de una racionalidad que de la cárcel.
Toda una guerra en tres metros
Una fórmula original para entender mejor el periodo brutal entre 1935 y 1948
Para entender en toda su profundidad la II Guerra Mundial se necesita procesar decenas de libros, incluido este, aunque no sea exactamente un libro, sino un magnífico acompañamiento para todos los demás: se trata de una cronografía que pone en relación de forma simultánea distintas cronologías temáticas de la contienda —actos de resistencia, discursos, bombardeos, ofensivas, masacres, etc.— que ofrecen una panorámica visual, ordenada y de conjunto de uno de los periodos más importantes de la historia de la humanidad.
En total están representadas e interrelacionadas más de 600 fechas, que se van desplegando sobre un tablero que acaba ocupando más de tres metros. Es una fórmula original y útil para entender el desarrollo de la guerra y su significado histórico impulsada por un diseñador de datos y un historiador a la búsqueda de nuevos lenguajes.
Gigante del periodismo
Homenaje a la pletórica figura de Antonio Franco
La histórica colección Vaixells de paper, editada por el Col·legi de Periodistes de Catalunya, reaparece con un libro homenaje a Antonio Franco, fallecido en 2021 a los 74 años, maestro de innumerables periodistas, director de periódicos durante más de cuatro décadas y motor de múltiples proyectos, entre ellos Alternativas económicas, de la que fue socio fundador.
El libro repasa su legado con un estudio del catedrático Jaume Guillamet; la recuperación de dos largas entrevistas —de 1993 y 2021, semanas antes de su muerte—, que vienen a suplir su decisión de no escribir memorias; varios de los obituarios publicados en prensa y una valiosa antología, a cargo de algunos de sus más estrechos colaboradores, de sus artículos publicados entre 1969 y 2018 en los periódicos que dirigió o codirigió —El Periódico, El País y Diario de Barcelona—- y en otros medios en los que escribió, como El Papus, Eldiario.es, El Maresme y Jóvenes.
El resultado trasciende el homenaje personal y deviene un valioso retrato de toda una época en la historia de España a través del prisma, progresista y bueno —a lo Machado— de un gigante del periodismo que logró, además, no tomarse a sí mismo muy en serio.
Medios al servicio de los poderosos
Un retrato crítico de la prensa económica y de los intereses de sus propietarios
Una ciudadanía informada y con conocimiento de los asuntos económicos es una ciudadanía más libre. Con esta premisa, el periodista Yago Álvarez Barba, coordinador de información económica de El Salto, denuncia los engaños a los que la prensa salmón somete a sus lectores y sale en defensa de las personas hartas de ser manipuladas que ven el periodismo como una garantía de libertad frente a los poderosos.
Explica Álvarez cómo tras la crisis de 2007-2008, los grupos mediáticos vieron desplomarse su negocio, basado en la venta de ejemplares y la publicidad, y cayeron en manos de conglomerados empresariales y financieros. Son poderes económicos que buscan generar una opinión alineada con sus intereses —y con el modelo neoliberal que defiende la derecha política— y cuyo objetivo no es informar con veracidad, sino generar beneficios económicos y políticos. Ahí reside, según el autor, el peligro para la población.
Álvarez ofrece ejemplos de técnicas de engaño y de cómo estas influyen en la economía. El trabajo se cierra con una batería de consejos para ayudarnos a conocer mejor los entresijos de la prensa económica, o como dice el propio autor, “a pescar el salmón”.
Chile a flor de piel
Repaso coral al legado de Allende a la búsqueda de pistas para el presente
Medio siglo después del golpe de Estado de Pinochet contra el Gobierno de Salvador Allende, la periodista de origen chileno Beatriz Silva, diputada socialista en el Parlament de Catalunya, vuelve la vista atrás para intentar entender qué fue la vía chilena al socialismo y por qué molestó tanto a los centros de poder global, así como su relación con la efervescencia social y política que llevó a la presidencia a Gabriel Boric en marzo de 2022.
Silva entrevista a personalidades que conocen la historia de primera mano y se acompaña de textos muy valiosos de la expresidenta Michel Bachelet, los exfiscales Carlos Castresana y Carlos Jiménez Villarejo, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, el economista Francesc Trillas y el académico Víctor Tricot. Todo en un registro pedagógico y alejado de dogmatismos, con ansias de acertar en las preguntas más que de ofrecer respuestas categóricas.
Rusos y ucranianos en busca de su identidad
La mirada de la periodista Pilar Bonet ofrece una perspectiva fundamental para entender hoy a Rusia
Pilar Bonet, la periodista española que mejor conoce Rusia, cuyas crónicas son material de consulta obligada para investigadores y diplomáticos, expone su propia visión del país fundamentada en un extenso trabajo de campo. Este libro ofrece una mirada reflexiva que ayuda a comprender mucho mejor el trasfondo de la guerra con Ucrania. Bonet, corresponsal de El País, durante más de 30 años en la antigua Unión Soviética y en Rusia, ha seleccionado los materiales de sus cuadernos que recogen las vivencias de los numerosos personajes que ha entrevistado.
El dominio tanto del idioma ruso como del ucraniano le han permitido transmitir fielmente los sentimientos, la cultura y las vicisitudes políticas que han experimentado sus ciudadanos. “Rusia es una nación sin Estado, pero que tiene un imperio”, reflexiona la autora. “El problema”, precisa, “es que la columna vertebral de este Estado era el Partido Comunista, y al desaparecer ha quedado desvertebrado”.
El libro recoge las vivencias de muchos personajes, de gentes recias como las de la región del Donbás, endurecidas por el carbón y el metal o historias como las de la fábrica Izolyatsia y las secuelas de su privatización. La autora combina los reportajes con los análisis de episodios políticos decisivos como “la otra conferencia de Yalta” de agosto de 2014, impulsada por el Kremlin para promover el desmembramiento de Ucrania mediante la creación de la Unión de Repúblicas Populares integradas por las provincias de Donetsk y Lugansk.
A través de diversos relatos y reflexiones políticas, Bonet va encajando las piezas de la historia de un país con una gran cultura que la periodista define como “europea, aunque los grandes escritores como Tolstoi y Dostoievski no tienen nada que ver con los gobernantes de hoy”.
Cómo costear una renta básica
Los autores proponen reformar el IRPF, crear un tributo sobre la riqueza y gravar las emisiones de CO2
Cuando alguien plantea que cualquier persona debe tener derecho a percibir una cuantía económica mínima que garantice su subsistencia con independencia de si trabaja o no, de si tiene dinero o no, de su edad o de su sexo, la reacción más habitual es responder que se trata de una utopía demasiado cara. Pero otras reacciones tienen más que ver más con la filosofía de la propuesta, que desplaza la centralidad del trabajo en nuestra vida. Hoy, salvo en el caso de quienes disponen de propiedades en alquiler o de grandes inversiones financieras, la primera fuente de ingresos, por exigua que sea, viene del empleo remunerado. Es la llave de acceso a pensiones y prestación por paro o, con suerte, a préstamos o a un alquiler. Una renta básica universal (RBU) sería una revolución.
Según cómo se financie, esta medida podría socavar el estado de bienestar —si es a costa de recortar la sanidad o la educación— o bien reforzarlo con un nuevo pilar que ayude a erradicar la pobreza, a disminuir las desigualdades y a batallar contra la concentración creciente de la riqueza.
Es esta última la propuesta de los economistas Jordi Arcarons, Julen Bollain, Daniel Raventós y Lluís Torrens, que llevan muchos años impulsando una idea que ha ido ganando adeptos desde la crisis de 2008 y, más aún, tras la pandemia. Los autores ya habían escrito con profusión sobre la cuestión, pero en este libro conjunto bucean en pozos estadísticos como el Panel de Hogares y la Encuesta de condiciones de vida para ofrecernos una detallada radiografía de la pobreza, la desigualdad y la concentración de la riqueza, que les lleva a preguntarse, no por el coste de la RBU, sino por el de no implantarla. Conscientes de los nervios que tocan, acompañan el ejercicio con gráficos, tablas, fórmulas matemáticas y simulaciones que permiten debatir la propuesta con datos, más allá de apriorismos.
En defensa de la renta básica provee de argumentos sobre las posibilidades de financiarla simplificando y haciendo más progresivo el IRPF, creando un impuesto sobre la riqueza y actuando en materia de fiscalidad sobre las emisiones de CO2. Junto con el ahorro en prestaciones —que una RBU sustituiría total o parcialmente— y la aplicación de un tope a las rentas desorbitadas, el coste resultante oscilaría entre los 9.500 y los 14.000 millones de euros. Los autores, que también incluyen cálculos sobre una renta básica europea, dan ideas sobre cómo cubrir este extra, fraude fiscal aparte.
En este sentido, la utilidad del libro pasa por leerlo sin prejuicios. La resistencia a la renta básica es de derechas y de izquierdas. A menudo, se prefiere poner el foco en mejorar el empleo y en perfeccionar las ayudas a la población pobre, condicionadas a que se busque empleo, como el ingreso mínimo vital (IMV) o las rentas mínimas autonómicas. Los autores se esmeran en mostrar los límites de la eficacia de estos sistemas asistenciales, incluso en el caso de los más avanzados, como el de Euskadi. El rechazo a la renta básica se ha evidenciado en las críticas contra el plan piloto puesto en marcha en Cataluña, uno de los de mayor alcance hasta la fecha, cuya materialización está en el aire.
La ignorada vida de los expósitos
Emotiva radiografía social de la sociedad rural vasca
Karmele Aguirrezabala Mundiñano aprovecha las indagaciones en la historia de su saga familiar para testimoniar la vida de los ignorados niños expósitos (ekarritakoak) en la sociedad rural vasca de principios del siglo XX. Bien documentada y con emotiva sensibilidad, ajena a todo sentimentalismo, la autora describe las tremendas experiencias de niñas que eran enviadas a servir en casas ajenas a los nueve años.
El libro es una auténtica radiografía social de las clases trabajadoras vascas, su extrema pobreza, las duras condiciones laborales y, sobre todo, el espíritu de lucha que empujaba a las mujeres. Son vivencias narradas sin asomo de resentimiento que dibujan una sociedad con fuertes lazos de solidaridad familiar y vecinal que explican la bondad de los personajes y el ánimo de superación que ha guiado sus vidas.
Deconstruir a Keynes
¿Puede la aplicación del ideario del economista británico mejorar de verdad la situación de las clases trabajadoras?
Esta es la pregunta que plantea Dominic Alexander en un nuevo libro sobre el pensamiento del economista que inspiró las políticas económicas de Occidente después de la II Guerra Mundial hasta la década de 1980 y volvió al primer plano tras la crisis financiera de 2007-2008, cuando el dilema entre la austeridad y el gasto público para estimular la demanda se resolvió —tras un breve paréntesis forzado por el pánico— con recortes a mansalva.
El autor, miembro de la organización marxista británica Counterfire —que apoyó el liderazgo de Jeremy Corbin, la independencia de Escocia y el brexit—, reconoce que el keynesianismo conduce a reformas del sistema favorables a los trabajadores, pero subraya que, a la vez, supone "la rendición a los intereses del capital". Alexander admite, sin embargo, el peligro de que rechazar hoy las políticas reformistas basadas en Keynes lleve a los revolucionarios a "un callejón sin salida sectario".
Como apunta Antoni Soy en la presentación del libro, que además ha traducido, estamos ante un trabajo iluminador para los activistas de partidos, movimientos sociales o sindicatos que batallan contra el capitalismo desde una perspectiva socialista.