Nada es lo que parece
Una novela de ciencia ficción sobre el poder en la sombra y el amor.
Esta original novela de Rosi Rodríguez Loranca, durante décadas punto de referencia en la secretaría de redacción de El País, y Juan Ramón García Alquézar trabaja con materiales de actualidad en la era de la globalización —desde el tráfico de diamantes hasta el choque identitario, focalizado en el auge independentista en Cataluña— para abordar la fisonomía y la naturaleza del poder real y hasta qué punto es capaz de dominar el mundo y sus sentimientos, muy particularmente el amor.
La trama desvela un mundo en el que nada es lo que parece. Y lo que menos de todo, los actores principales de la política, simples marionetas al servicio del poder real, que maneja los hilos desde el oscuro lugar donde se encuentran el business y los servicios secretos.
Sin embargo, incluso en este escenario que parece de ciencia ficción -¿lo es?- hay resquicios por donde se cuelan sentimientos que el big data no puede controlar.
La agenda de la fraternidad
Una brújula para recoser de verdad las sociedades en un nuevo contrato social.
A pesar de que el debate político discurre por el pim-pam-pum de la nadería, el gran reto de los países occidentales es nada menos que reformular el contrato social que dio origen al Estado del bienestar y adecuarlo al siglo XXI, que poco tiene que ver ya con el mundo de 1945.
A esta tarea fundamental, desde una perspectiva académica pero con el valor añadido de conocer por dentro la Administración tras su paso por el Ayuntamiento de Barcelona, está dedicando materiales muy valiosos el politólogo de la UAB Ricard Gomà. Primero con Vidas en transición (Tecnos, 2021), que ofrecía una auténtica agenda para renovar el contrato social, y ahora, junto a Ismael Blanco, con el foco puesto en las segregaciones de la vida cotidiana, de apariencia menos políticas pero con enormes implicaciones para la vida de la gente.
Se trata, pues, de un paso más, pluridisciplinar y solvente, en esta reconstrucción del contrato social, para que no se limite únicamente a los derechos individuales de la ciudadanía, sino que genere un marco para la fraternidad, el componente más olvidado de la tríada esencial de la Revolución Francesa.
Ortega llevaba (casi siempre) razón
Un análisis de los desafíos actuales en la estela de España invertebrada.
El periodista Esteban Hernández rinde homenaje a España invertebrada en el centenario de su publicación con un certero análisis de los profundos cambios sociales, políticos y económicos que vivimos. Siguiendo la estela de la obra de Ortega y Gasset, el autor escarba en las raíces del desánimo y el malestar que aquejan a la sociedad actual y desgrana los grandes desafíos del presente: la desglobalización, el auge del individualismo, la creciente desconfianza hacia las élites y las instituciones democráticas, la decadencia de las clases medias, el auge de las desigualdades y las guerras culturales, entre muchos otros.
Hernández, jefe de la sección de Opinión de El Confidencial, explica cómo siguen siendo válidos algunos diagnósticos de Ortega sobre los males de la sociedad española y cómo otros, en cambio, han quedado desfasados. También esboza algunas reformas en la estructura económica que puedan contribuir no solo a mejorar el bienestar de las personas, sino a dotarnos de la estabilidad y seguridad necesarias para evitar una ruptura social.
Insumisión a las guerras
Un contrapunto al relato hegemónico sobre Ucrania.
El ensayista Raúl Sánchez Cedillo, de larga trayectoria activista en movimientos de base —iniciada en la década de 1980 con la lucha de los insumisos , clave en la abolición del servicio militar obligatorio en España—, aporta en este documentado libro una visión que busca no solo retar el relato hegemónico sobre la guerra en Ucrania, sino identificar patrones de propaganda que suelen repetirse en los choques bélicos entre potencias.
El autor emplea para ello herramientas del marxismo, actualizando las tesis de Lenin sobre el imperialismo, pero sobre todo adopta una mirada de luces largas —mucho más allá de la fecha de la invasión rusa o de 2014, año clave en la escalada del conflicto de Ucrania— y focalizada no tanto en los intereses nacionales, determinados por las clases dominantes, sino en la perspectiva de las clases subalternas. No: criticar el relato occidental no implica necesariamente convertirse en un esbirro de Putin.
Eso del metaverso
El proyecto de trasladar la vida a un enorme videojuego.
Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, anunció en 2021 que el metaverso pasaba a ser el objetivo central de su empresa, rebautizada como Meta. Aun a pesar de lo inconcreto de este nuevo concepto, una legión de autoproclamados expertos se apresuraron a presentar el metaverso como el estadio natural de evolución de Internet, con un impacto económico estimado en cinco billones de dólares en 2030.
Aunque el hype metavérsico se ha reducido durante 2022, los pronósticos de su efecto disruptivo se mantienen. Matthew Ball, autor de uno de los libros de referencia sobre el metaverso, lo considera una consecuencia inevitable de la disposición del sector tecnológico a aumentar las prestaciones de sus productos aún antes de tener clara su utilidad futura. El metaverso se imagina así como "una red masiva e interoperable de mundos virtuales 3D renderizados en tiempo real que pueden ser experimentados de forma sincrónica y persistente por un número efectivamente ilimitado de usuarios en un sentido de presencia individual, con continuidad de datos como identidad, historia, derechos, objetos, comunicaciones y pagos". Las implicaciones tecnológicas de esta definición, partiendo del estado de los videojuegos de nueva generación, ocupa más de 200 páginas del libro.
Futuro ¿Está dispuesta la generación de las pantallas y los videojuegos a vivir en un mundo virtual?
La justificación de tal esfuerzo tecnológico sería, según el autor, que la generación cuya afición (o adicción) a las pantallas ha convertido los videojuegos en una industria de 200 billones de dólares querrá vivir su vida digital a tope en el metaverso, y no a través de una pantalla plana. Esto llevaría a concluir que no es cierto que el metaverso cambiará el mundo; lo hará en todo caso una generación que (supuestamente) querrá vivir su vida en el metaverso. No estamos, pues, tanto ante el anuncio de una transformación tecnológica, sino ante el proyecto de un profundo cambio de mentalidad; de alma, más bien.
Las sombras del poder económico alemán
Algunas de las más destacadas dinastías empresariales de Alemania se construyeron en simbiosis con el nazismo.
Este minucioso libro del periodista holandés David de Jong, especializado en economía y finanzas y con larga trayectoria en importantes medios anglosajones, analiza el origen de algunas de las grandes fortunas alemanas contemporáneas y se interroga por su conexión con el nazismo. Las conclusiones causan cierta zozobra: por mucho que el mito fundacional de la Alemania contemporánea —juicios de Núremberg mediante— insistan en la tabula rasa entre el Tercer Reich y la democracia posbélica, la realidad es mucho más compleja: pese a algunos chivos expiatorios, el gran poder económico no llegó a cambiar nunca de manos.
El libro entrelaza las historias de algunas de las sagas empresariales más emblemáticas del país durante tres o cuatro generaciones —Daimler-Benz, Allianz, Porsche, Volkswagen, Dr. Oetker, BMW…— con el contexto político, social y económico de cada momento, desde finales de la década de 1920 hasta nuestros días, cuando algunas de estas corporaciones se han visto obligadas a revisar el pasado e, incluso, a aceptar algunas indemnizaciones para descendientes de las víctimas.
Las grandes familias retratadas —los Quandt, los Flick, los Von Finck, los Porsche, etc.— cumplen todas un mismo patrón, que arranca ya con un terrible pecado original: estos industriales fueron claves en financiar la consolidación de Hitler en el poder, cuando las finanzas del Partido Nazi estaban en la quiebra y, tras la famosa reunión puesta en marcha por Hermann Göring, aportaron a la causa nacionalista y anticomunista enormes cantidades de dinero fresco para poder afrontar las elecciones federales de marzo de 1933, que fueron ya las últimas de la República de Weimar.
Dinastías. El libro incluye árboles genealógicos de hasta tres generaciones de las principales sagas analizadas
El patrón de todos estos acaudalados industriales fue también compartido en cada una de las siguientes fases: lluvia de contratos del Estado para reforzar a la clase industrial afín al nuevo régimen, reorientación paulatina de la industria alemana para ponerla al servicio del militarismo nazi y, en última instancia, de la guerra, saqueo de las corporaciones en manos de empresarios menos adictos y, en particular, de los judíos, simbiosis total con el régimen durante la II Guerra Mundial, incluidos los campos de concentración para disponer de mano de obra esclava y también los de exterminio, y acumulación de extraordinarios beneficios durante este y largo y criminal proceso. Luego, tras la derrota militar, entrada en una situación como de paréntesis, a la espera de juicio, que en general acabaron siendo muy benévolos tras la fundación de la República Federal de Alemania (RFA), que volvió a entregarles las respectivas poltronas en la sala de máquinas del poder económico para que lo pusieran al servicio de la reconstrucción del nuevo país y de la contención del comunismo.
La acumulación primitiva de capital suele esconder muchos secretos inconfesables, en Alemania y en tantos países. Qué interesante sería un trabajo como este para España.
Activistas por el clima
Una llamada a la acción para implicar a la ciudadanía.
Este libro da voz a activistas contra el cambio climático para analizar la situación de emergencia y, sobre todo, hacer una llamada a la acción de la ciudadanía. Las autoras han seleccionado para que expliquen sus acciones en pro del planeta a Fernando Valladares (Rebelión Científica), Juan Carlos del Olmo (WWF), Juantxo López de Uralde (Alianza Verde), Míriam Campos Leirós (Teachers for Future), Eva Saldaña Lizarraga (GoEiner), Javier Peña (Hope! En pie por el planeta) y Odile Rodríguez de la Fuente (divulgadora ambiental, hija de Félix Rodríguez de la Fuente). Son un abanico muy bien elegido.
Las autoras nos recuerdan, a través de las palabras de sus entrevistados, que “al igual que una ficha de dominó puede hacer tambalear al resto e inclinarlas hacia el lado positivo del cambio, también una persona puede servir de palanca accionadora”. Conclusión: “Convirtámonos en esa pieza fundamental, seamos accionistas del cambio”.
Entre crac y crac, alguna lección
Las conclusiones de las crisis de materias primas contadas por un profesor que sabe de qué habla.
El azúcar, el maíz y el trigo, pero también la plata, el cobre y, claro, el oro. Y qué decir el petróleo o del gas. Los alimentos, los metales y los combustibles fósiles hace tres décadas que se convirtieron en un nuevo tipo de activos, en producto de inversión. La banca y los intermediaros financieros encontraron en ellos un nuevo filón. Y lo que empezó como mecanismo para proteger de los vaivenes el valor de materias primas esenciales, mediante la estandarización de proyecciones de precios futuros en la Bolsa Mercantil de Chicago o la Bolsa de Metales de Londres, acabó en un campo abierto a la especulación.
De tulipanes a bitcoins recorre la montaña rusa de este tipo de mercados, así como de las criptomonedas. Todo empezó en Países Bajos, con la famosa burbuja de la tulipomanía de 1637, y hoy, con las tierras raras y el bitcoin, los cracs continúan. Un libro para recordar cuánto se puede aprender del pasado, aunque parece que no aprendemos.
El afán por el crecimiento... o la vida
Tim Jackson narra en un poético libro cómo el afán por el crecimiento lleva al colapso ecológico, la inestabilidad social y el fin del capitalismo.
Un economista, Deirdre McCloskey, dijo una vez que en su profesión se narran historias y se crean poemas. En su libro Postcreixement, el reconocido economista ecológico Tim Jackson llama a crear otra narrativa en torno al crecimiento, que se desliga del progreso. A través de historias bellamente contadas, el autor de Prosperidad sin crecimiento (Icària, 2011) explica la incapacidad del capitalismo para proteger el medio ambiente y la sociedad, golpeada por la desigualdad y las crisis financieras.
Desfilan por sus páginas desde Bobby Kennedy —mientras Estados Unidos crecía al 5% anual a finales de la década de 1960, dijo aquello de que el producto interior bruto (PIB) "lo mide todo excepto lo que hace que la vida valga la pena"— hasta la poeta Emily Dickinson, pasando por el monje tibetano Thich Nhat Hanh y la nobel de la Paz de 2004 Wangari Muta Maathai.
Las remarcables dotes narrativas de Jackson le alejan del tono académico y permiten que su mensaje llegue a un público amplio que suele huir de los libros de economía.
Los sueños rotos del 0,7%
Enmienda a la totalidad a los planes de “ayuda al desarrollo”.
El movimiento a favor de que los países ricos destinen al menos el 0,7% de su PIB a programas de ayuda al desarrollo de los países más pobres fue muy potente a finales del siglo XX en los países occidentales, particularmente en España, y una indiscutible vía de politización de los jóvenes.
Sin embargo, los resultados de estas políticas han sido decepcionantes y, en ocasiones, contraproducentes para los receptores, sostiene el investigador Vicenç Fisas Armengol en este libro, que analiza sin prejuicios una riada de datos, estadísticas y casos en medio mundo.
El autor es un prestigioso académico especializado en conflictos y cooperación, con más de 50 años de compromiso a favor de un mundo mejor. Es imperativo atender a sus datos y razones, que piden un cambio de enfoque para dar prioridad a las políticas públicas por encima de una supuesta ayuda que, a menudo, esconde intereses comerciales de los donantes.