Legitimar el desprecio a los pobres
Obra póstuma de un brillante economista marxista
Michel Husson (1949-2021) fue uno de los economistas marxistas de referencia en la tradición de la izquierda francesa surgida de la IV Internacional, que en España se agrupa sobre todo alrededor de Viento Sur. Ahora la revista coedita con Sylone la obra póstuma de Husson, que combinó el activismo militante con una sólida carrera en el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INSEE), lo que le convirtió en una figura respetada al margen de ideologías.
Editado y corregido por dos colaboradores tras su muerte, este libro exhibe erudición y radicalidad: recorre la historia del pensamiento occidental moderno y encuentra trazas de darwinismo social y hasta de eugenismo en la obra de muchos académicos, incluso progresistas. Ello explicaría, a juicio del autor, el desprecio de la economía oficial hacia los pobres y excluidos, así como el intento de culpabilizarlos de su desdicha. Provocador, pero muy argumentado.
Breve y esencial
Una invitación a desprendernos de lo accesorio
Este ensayo del consultor de comunicación Antoni Gutiérrez-Rubí, socio de Alternativas económicas, reivindica la brevedad en tiempos especialmente acelerados en los que tan fácil es perderse por las ramas de lo accesorio mientras la vida se nos escapa sin darnos cuenta. Lo hace, como no podía ser de otra manera, con brevedad, buceando en las enseñanzas de los sabios y en los refranes de la sabiduría popular, para reivindicar un concepto y una práctica que, como expresa la máxima atribuida a Blaise Pascal que se recuerda en el libro, no es nada fácil de alcanzar: “Si tuviera más tiempo, habría escrito una carta más corta”.
El autor reivindica la brevedad no únicamente por motivos de ahorro de tiempo —lo que ya sería suficiente en esta época de dispersión —, sino también por el gran valor de despojarse de todo lo accesorio y quedarse con lo esencial. Un ensayo breve con una lección esencial: misión cumplida.
En el infierno de las minas del Congo
Los mineros extraen en condiciones de esclavitud el metal esencial para fabricar las baterías de los teléfonos móviles y los coches eléctricos
Pocos países han sido bendecidos con una abundancia de recursos naturales como el Congo, y ninguno ha sido tan explotado. Durante décadas, las potencias coloniales esquilmaron sus reservas de marfil, diamantes y caucho, convirtiendo a sus habitantes en esclavos. Ahora le toca el turno al cobalto, un metal esencial para fabricar las baterías recargables de los teléfonos móviles y los coches eléctricos.
Siddharth Kara, catedrático de la Academia Británica especializado en esclavitud y derechos humanos, se adentra en las zonas mineras de la República Democrática del Congo (RDC) para comprobar que las cosas apenas han cambiado desde la época colonial. Denuncia Kara que el cobalto está contaminado por diversos grados de abuso, incluyendo esclavitud, trabajo infantil, salarios de miseria, muerte y daños medioambientales.
Las empresas que compran el metal para fabricar sus productos aseguran que respetan los derechos humanos y que contribuyen al desarrollo de una de las regiones más pobres de África, pero no siempre es así. Para Kara, la situación solo puede mejorar “si las falsedades promulgadas por las partes interesadas acerca de las condiciones en que se extrae el cobalto son reemplazadas por la realidad que viven día a día los propios mineros”.
Los recursos naturales han sido una maldición para los congoleños. La RDC ocupa el puesto 175 de 189 en el índice de desarrollo humano de la ONU, buena parte de su población vive en la pobreza y la esperanza de vida es de 60,7 años. De aquí a 2050, se prevé que la demanda de cobalto se cuadruplique —gracias al auge del coche eléctrico—, y no hay otro lugar en el mundo con esa cantidad de cobalto que no sea la RDC. Como nos recuerda el autor de este magnífico libro, la catástrofe humana y medioambiental de este país es la que mantiene nuestro estilo de vida en funcionamiento.
La cuna holandesa del capitalismo
Una desigualdad bajo control, una notable cultura de consenso y una robusta sociedad civil
¿Por qué algunas sociedades prosperan y otras no? Esta es la pregunta que, como trasfondo, plantean los profesores de historia económica Maarten Prak y Jan Luiten Van Zanden en Pioneros del capitalismo. Si bien los autores de este libro no afirman que los territorios que hoy constituyen los Países Bajos —una región marginal a principios del siglo XIV— inventaran el sistema capitalista, sí reivindican que fueron uno de sus precursores, cosa que no suele formar parte de nuestro imaginario.
Algunos indicios de este origen quedan documentados en una obra que llega después de tres décadas de investigación y que cubre un vasto periodo de la vida económica y social del país, desde el año 1000 a 1800: en 1500, por ejemplo, solo una cuarta parte de la población activa de Holanda trabajaba en la agricultura. Y en todo el territorio, entre el 40% y el 60% de la población dependía en su totalidad o en parte del trabajo asalariado, incluso en las zonas rurales. Había, pues, surgido ya un mercado laboral, a la par que se gestaba un mercado de capitales (con bajos tipos de interés), mientras las tierras cambiaban con facilidad de manos y los productos básicos se comerciaban también con el exterior.
El libro interrelaciona de forma magistral la relación entre sociedad, instituciones, mercado, Estado y hasta religión, en la construcción de la que en el siglo XVII sería la economía más rica y productiva del mundo.
Espíritu comercial
Atraviesa la obra lo arraigado que está el espíritu comercial en la sociedad neerlandesa. Baste la anécdota inicial que sirven los autores: en la celebración nacional más relevante del país, el llamado Día del Rey, la ciudadanía busca los cachivaches que no utiliza y se lo pasa bomba comprando, vendiendo y regateando. Pero junto a ese espíritu, fueron factores de prosperidad la robustez de la sociedad civil —el dinamismo de los gremios y la colaboración entre ciudades, con unas instituciones que dejaban espacio a las iniciativas desde abajo—, una cultura política basada en los consensos y un nivel comparativamente bajo de desigualdad, circunstancia esta última que cambió en el siglo XVIII.
En la consolidación del capitalismo neerlandés desempeñaron un papel relevante la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, dominante en la economía del país durante 200 años, y dos entidades financieras: el banco público de cambio Wisselbank y el banco de crédito público Bank van Lening, antesala de los bancos centrales. Es interesante cómo Prak y Van Zanden vinculan el naciente capitalismo con la rebelión neerlandesa contra el poder del imperio hispánico de Felipe II y el papel de la Iglesia en todo ello. Los autores no rehúyen la doble moral aplicada en materia de esclavitud: impensable en los Países Bajos pero en absoluto problemática en sus colonias.
Más allá de la historia, Pioneros del capitalismo va y viene, además, entre el pasado y debates académicos y muy actuales sobre la naturaleza del capitalismo y sus distintos modelos, sobre sus particularidades respecto de la economía de mercado o sobre la desigualdad social.
Un cambio de rumbo para las empresas
Necesitamos un ‘management’ para la humanidad que transforme las organizaciones desde el interés propio hasta el bien común
Resulta imposible imaginar un futuro en el que la empresa no siga siendo la principal proveedora de bienes y servicios, cumpliendo su vital e indispensable aportación a la sociedad. Pero tampoco resulta imaginable que la empresa no genere, aquí y ahora, cambios significativos, cuando no radicales, en su actuación; cambios que renieguen de cualquier pretensión cosmética, porque se orienten realmente a la transformación del pensamiento y de la acción de las organizaciones empresariales.
Las empresas forman parte de lo que nos es necesario, si bien solo lograrán sobrevivir las que entiendan que cada ser humano es único y, al mismo tiempo, es uno con el resto de la humanidad, y las que comprendan también que la expresión "hermano árbol" no es una metáfora, sino una verdad literal.
Prácticamente cualquier empresa, a través de su oferta o de sus compras, impacta sobre numerosas personas allende los mares. Lo hace desde las denominadas cadenas de suministros (y logística), que pueden adquirir una gran complejidad al interactuar desde diversos enclaves. El resultado es la implicación directa o indirecta de personas en muchos más lugares de lo que nunca se había producido. Solo es posible considerarlas a todas desde lo que tienen en común: son la humanidad.
No basta dirigir una compañía o un proyecto considerando únicamente el estrecho marco del entorno cercano. La auténtica responsabilidad de la empresa ya no se encuentra tan solo obligada ante sus más o menos numerosos grupos de interés (o stakeholders) más o menos también próximos a su acción. Ahora es responsable ante un único stakeholder: la especie humana en su total extensión.
En el envite que los tiempos aportan, lo local sigue siendo relevante, pero todavía lo es más el hecho de que si las amenazas son globales, deben serlo también las respuestas. Todo afecta, toca de cerca, a la especie entera, a lo que llamamos humanidad. Postulo la manifiesta necesidad de un management para la humanidad desde la obviedad de que el todo solo puede ser gobernado actuando desde el todo, y no tan solo desde sus partes. Es algo que queda plenamente confirmado si consideramos, y no podemos obviarlo en forma alguna, el cambio climático.
Progreso social
Es cierto que algunas empresas, incluso de gran tamaño, están formulando un cambio de orientación que manifiesta alejarse del beneficio puro y duro para adentrarse en perspectivas sociales. Con todo, muy a menudo no resulta fácil percibir la materialización de esa declaración de intenciones. Un profundo cambio de orientación demanda aceptar nuevos paradigmas (…) En este momento resulta difícil atribuir a las organizaciones un papel relevante en el progreso social.
Cada vez más personas, desde múltiples planos, son conscientes de que nuevas rutas deben ser trazadas, de que se deben crear nuevos espacios que, justamente por su novedad, resultan tan diferentes como los horizontes que deben convertirse en nuestro norte. Lo demanda la raza humana, lo demanda la Tierra. Lo demandan juntas porque son parte de lo mismo.
Management para la humanidad afirma que los actos de una organización se corresponden con la energía que los impulsa. Son sus actuaciones, no sus palabras, las que nos revelan qué persigue, cuál es su propósito; en definitiva, qué energía se encuentra presente en cada acción y con qué orientación se está utilizando. Cuando se afirma que se pone mucha energía en el servicio al cliente, significa que se están movilizando personas y recursos de manera importante al servicio de ese objetivo deseado. En ese sentido podemos afirmar, con toda propiedad, que esa movilización supone que se están "liberando energías".
Una mente armónica
Management para la humanidad considera que son siete las energías de las que se dota una organización, si bien se da una clara jerarquía entre ellas. Una asume el mando. Es la energía correspondiente a su gobierno. La denominaremos mente, cumpliendo el principio de que todo lo creado por el ser humano ha sido primero concebido en su intelecto. Como nos mostró Stephen Covey: "Todo se crea dos veces, la primera cuando se piensa, la segunda cuando se lleva a cabo". Para remarcar la absoluta posición de esta energía, Management para la humanidad también se refiere a ella como la primera energía e incluso, de forma asertiva, como energía esencial (…)
El objetivo de este manifiesto es conseguir que cada vez más personas situadas en el vértice de una organización acepten actuar como una auténtica mente armónica, frente a la predominante mente financiera, que actúa solo a su propio servicio. La primera alinea la empresa con el bien común, reconoce plenamente que la empresa forma parte de un todo mayor que ella misma —con el que interacciona de múltiples formas— y tiene como norte la consecución permanente de una relación armónica con él. La segunda, en cambio, es la energía que concibe la organización y todas sus actividades como un medio al servicio de un único fin vinculado a la rentabilidad, pues considera que la compañía es un fin absoluto en sí mismo. De aquí que el paradigma central de una mente armónica sea actuar respecto a cada persona como si fuera la humanidad y tratar a la humanidad como si fuera una única persona, mientras que el paradigma central de una mente financiera se resume en un más: más rentabilidad, más beneficios, más dividendos, más bonos, más incentivos a la alta dirección...
En cualquier organización de un mínimo tamaño, se liberan seis energías al servicio de la que gobierna, relacionadas con: naturaleza, marketing, producción, personas, finanzas y comunidad. Se trata de que, bajo el liderazgo de la mente armónica, la organización conciba la naturaleza como aliada, y no como esclava del ser humano; de que impulse un marketing humano, y no un marketing de guerra supeditado a la dinámica del mercado; de que la organización se ponga al servicio de una producción de bienes y servicios de manera indefinida, dado que ninguna condición erosiona o amenaza su propia existencia, frente a una producción oportunista; de perseguir el acompañamiento de personas, reconociéndolas de forma integral en el marco de su experiencia vital, por oposición a la gestión de los recursos humanos; de apostar por unas finanzas conscientes, y no incontinentes; de actuar con una perspectiva en pro de la comunidad.
Management para la humanidad es un rotundo y radical posicionamiento en favor de la humanidad y de nuestro progreso como especie, poniendo rumbo a la esperanza y a la luz, dejando atrás las imponentes sombras que nos la ocultan.
De un propósito como este no puede esperarse la presentación de un nuevo modelo de negocio ni de un software especializado que ayude a implementarlo. No hay nada que comprar; al contrario, hay que ser capaz de regalar algo que nos transciende: el futuro, el futuro de todos los seres humanos que están por nacer y que nos necesitan, más que nunca, para poder hacerlo.
Mucho más que educación
Impacto político, económico y social de la enseñanza privada en Valencia
Moisés Pérez Pascual, joven y correoso periodista del semanario El Temps, analiza las características de toda la red de enseñanza privada y concertada en la Comunidad Valenciana y cómo altera las reglas del juego, sobre todo respecto a la igualdad de oportunidades, el peso de los grupos católicos en un área tan sensible y en la interacción entre estos y el Partido Popular, principal impulsor de este esquema desde la década de 1990 y, a la vez, su principal beneficiario.
El libro, escrito en valenciano, es fruto de la beca Josep Torrent de periodismo de investigación en memoria del histórico delegado de El País en esta comunidad, fallecido en 2016. La investigación se centra en Valencia, pero el esquema, con toda su opacidad y el generoso destino de fondos públicos, se intuye análogo en otras comunidades, como Madrid y Cataluña, con un enorme impacto político, económico y social a los que apenas se presta atención.
Corporaciones contra la democracia
Viaje por 25 países para documentar el poder abusivo de las multinacionales
Dos periodistas con experiencia en medios anglosajones plasman en este libro años de trabajo en un programa excepcional del Centro de Periodismo de Investigación de fomento del reporterismo de interés público. Con entusiasmo de mochileros, y estrujando al máximo el presupuesto, lograron viajar a 25 países para documentar sobre el terreno casos que demuestran el poder desmedido de las multinacionales, capaces de imponer sus intereses por encima de los de la ciudadanía y hasta de los gobiernos.
El resultado es este viaje a las entrañas del capitalismo y sus consecuencias: desde las instituciones multilaterales que fijan desde Washington o Ginebra las reglas del comercio mundial hasta las comunidades, en el norte y el sur, que sufren las consecuencias de la letra pequeña, pasando por paraísos fiscales, esquemas de cooperación al desarrollo concebidos para favorecer a empresas y procesos de privatización de ciudades o de cuerpos policiales, entre otros.
El álbum fotográfico del viaje desvela un paisaje poco edificante: el poder de las corporaciones es tan descomunal que empieza a ser incompatible con una democracia digna de este nombre.
Desactivar el algoritmo
Es el único modo de atajar el impacto de las redes sociales
A esta conclusión llega el periodista de The New York Times Max Fisher en Las redes del caos, una investigación que confirma cómo la cúpula de tecnológicas como Facebook fueron alertadas por empleados y directivos de dentro acerca de las consecuencias en odio, polarización y violencia que derivan del propio diseño de las redes, y cómo, pese a ello, decidieron mirar hacia otro lado. Lo inquietante que se revela es su convicción de que el reto se reduce a que un puñado de malvados que, a veces, usa mal un instrumento neutro como las redes.
Responsabilizar legalmente a las compañías de los efectos que fomentan sus sistemas es otra de las propuestas que recoge el libro, con el fin de evitar que se maximice a toda costa la participación de las personas usuarias. Pertrechados en la burbuja de lo que nos indigna o lo que adoramos (la identidad se refuerza así), en confrontación con la burbuja opuesta, buscamos la aprobación social pendientes del contador de los "me gusta". Y eso cambia cómo pensamos, actuamos y nos relacionamos.
La patria de Onaindia
Homenaje al revolucionario e intelectual Mario Onaindia, desaparecido hace 20 años
La revista Grand Place ha dedicado un número especial al héroe antifranquista y humanista Mario Onaindia, a los 20 años de su muerte con artículos de sus amigos y compañeros de lucha. Incluye un texto del propio homenajeado con su idea de patria, que “no es el pueblo de los antepasados, sino el pueblo de nuestros hijos. No el pueblo en el que nacemos, sino el pueblo en el que queremos ser libres”.
Para Luis R. Aizpeolea, “Mario Onaindia es el paradigma de la evolución de un sector de la izquierda abertzale desde la lucha antifranquista hasta defensa de la democracia”. Los artículos describen la intensa vida de un hombre que militó en ETA, dirigió Euskadiko Ezkerra y fue senador socialista. Su compañero Teo Uriarte considera su obra culmen La construcción de la nación española. Republicanismo y nacionalismo en la ilustración, escrita tras publicar dos tesis doctorales.
Las costuras que reventó el Brexit
Un recorrido por el Reino Unido muestra un país noqueado, fragmentado y desigual
El Brexit ha resultado ser una combinación explosiva para el Reino Unido: declive económico, fractura social, desafección política y pérdida de peso en la esfera internacional. La periodista Ana Carbajosa sale de su casa de Londres y recorre el país para comprender y explicar cómo es posible que una de las democracias más antiguas del mundo, admirada por sus grandes avances económicos, sociales y culturales, se haya asestado a sí misma un golpe tan devastador.
Durante su viaje, la autora descubre que los males vienen de antiguo y que el Brexit no ha hecho más que reventar unas costuras que llevaban décadas abriéndose, exacerbando las diferencias entre clases sociales y entre el norte y el sur del país. La autora echa mano de sus dotes de observación —labradas durante más de dos décadas como corresponsal y enviada especial por medio mundo con El País— para contarnos cómo la educación impartida en el internado de Eaton oyen la Universidad de Oxford —canteras de las élites políticas y económicas— ha contribuido a llevar al país al agujero en que se encuentra. De su mano entramos también en selectos clubes de Londres, en centros sociales de Blackpool, en pubs de Belfast y en museos de Edimburgo para conocer la opinión de empresarios, activistas, artistas y ciudadanos de a pie sobre los temas que más les preocupan.
Nos muestra la autora una sociedad dividida, empobrecida y castigada por los recortes de los servicios públicos tras varias crisis sucesivas —la financiera de 2008, el Brexit, la covid-19—, agravadas por el reciente brote de inflación. Es un país enrocado en sí mismo y al borde de la depresión colectiva que se plantea abiertamente su futuro unido, sin olvidar que conserva rasgos envidiables, entre ellos su diversidad étnica, excelentes instituciones académicas y culturales, una democracia a prueba de bomba y una prensa libre que fiscaliza al poder sin contemplaciones.