Solidaridad o derrota
La respuesta al desafío del coronavirus y sus estragos económicos y sociales pasa por la cooperación a todos los niveles.
La respuesta al desafío del coronavirus y sus estragos económicos y sociales pasa por la cooperación a todos los niveles.
Los ciudadanos españoles han recibido un nuevo golpe de realismo. El Banco de España ha anunciado que la recesión económica causada por las medidas tomadas para reducir la pérdida de vidas humanas causada por la covid-19 puede suponer una caída del Producto Interior Bruto (PIB) del 13,6% en 2020. En este clima de dificultades ha trascendido la propuesta del Gobierno de pedir a la UE la creación de un Fondo de Recuperación de 1,5 billones de euros. La propuesta será presentada por el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, en la próxima cumbre europea del 23 de abril. Desde los Gobiernos de España e Italia, Europa se ve como una tabla de salvación imprescindible.
La red de seguridad de nuestro Estado de bienestar adolece de un enorme agujero por donde se cuelan pobreza y exclusión social. Así lleva advirtiéndoselo en los últimos cuatro años a España la Comisión Europea. La rotura puede repararse con una renta básica que garantice una vida digna a la ciudadanía, tema que suscita controversia por sus costes. Ahora, los estragos económicos de la pandemia ablandan las tradicionales resistencias a algunos de los modelos en los que la medida puede plasmarse, o al menos a su aplicación temporal. El Gobierno ha aprovechado la corriente favorable de opinión y este verano contempla poder empezar a pagar un ingreso mínimo vital estatal, con cuantías en función de la tipología del hogar, que ayude a mermar la pobreza severa.
Es la solidaridad, estúpido!”. Casi tres décadas después del famoso (y tantas veces manoseado) latiguillo “¡Es la economía, estúpido!”, la fórmula secreta que permitió a Bill Clinton apartar de la Casa Blanca a George H. Bush, resulta que el elemento clave cuando las cosas van mal dadas de verdad es, en realidad, la solidaridad.
El Gobierno aplaza durante 6 meses el pago de cotizaciones a autónomos y empresas y aprueba subsidios para empleadas del hogar y contratados temporales. El ingreso mínimo vital, cada vez más cerca.
El Gobierno anuncia la "hibernación" de la actividad económica y aumenta la protección de los trabajadores.
Las personas mayores son especialmente vulnerables al Covid-19. La ayuda, con protección, imprescindible. A quien se la juega para servir con su trabajo —por supervivencia, solidaridad o ambas cosas—, un enorme gracias.
Son los millones de euros que el Banco Central Europeo (BCE) destinará a comprar deuda para intentar frenar la subida de los intereses de los países más afectados por el coronavirus. Primero anunció 120.000 millones y después 750.000 más.
El gasto público en protección social en España se sitúa por debajo de la media de la UE, en un indicador en el que Finlandia va primera. Destinamos menos que la media en todas las categorías de gasto público (incluyendo sanidad)salvo seguridad y medio ambiente.
El Gobierno apuesta por traspasar al Estado gastos de la Seguridad Social, frenar la jubilación anticipada y aumentar los años de trabajo.
El plan de choque puesto en marcha por el Gobierno va encaminado a ayudar a asalariados, autónomos y familias a llegar a fin de mes.
La pandemia del coronavirus (SARS-CoV-2) ha contagiado a más de medio millón de personas y ha causado más de 21.000 muertes en todo el mundo en el momento de escribir estas líneas, el 26 de marzo de 2020.
Las instituciones financieras del Estado van a ser clave a la hora de implementar las políticas de avales aprobadas por los Gobiernos para que fluya el crédito a las empresas.
La economía social y solidaria pide poner el foco no solo en abordar las consecuencias de esta crisis, sino también en las causas que nos han llevado hasta aquí. Y a través de REAS lanza una guía de materiales, colaborativa y en permanente construcción, que sirve como lista de consulta pero que puede ser muy útil también como fuente de inspiración para su réplica.
El desafío inmediato más serio que afronta el Gobierno es lograr los ingresos fiscales suficientes para financiar sus compromisos sociales. Las promesas políticas encaminadas a reducir las desigualdades y establecer unas relaciones sociales más justas exigen una auténtica revolución fiscal.
La obesidad se ha triplicado en el mundo en el último medio siglo. Es un reto no solo para la salud de las personas, sino debido a su coste económico. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que en los próximos 30 años, el sobrepeso será responsable del 70% del coste para tratar la diabetes, del 23% en el caso de las enfermedades cardiovasculares y del 9% en el del cáncer.
Empleadas del hogar: Todavía en 2019 las empleadas del servicio doméstico no cuentan con las garantías laborales que tiene cualquier otra área de trabajo.
Balance: 20 años de experiencias y avances en el análisis de las cuentas públicas prueban que hacen falta más formación y voluntad política.
ENSAYO: Regalar implica reciprocidad. Si no, es otra cosa.
El sector de inserción a personas con discapacidad alerta del impacto de la subida del SMI sin ayudas públicas.
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