La crisis del tiempo refleja el resto de crisis, de la financiera a la ecológica. Pero nuestra aceleración no es resultado exclusivo del vértigo tecnológico, sino de nuestro sistema económico.
El dicho afirma que es oro. En la vida moderna, ciertamente es el metal del que andamos más escasos. Cambiar tiempo por tiempo, o colaborar con tiempo, es avanzar en paralelo al dinero y poner en valor las propias habilidades.
Sin familias, vecindario, comunidad y sociedad civil, que forman el núcleo invisible de la economía, no se alimentaría el ecosistema básico de nuestra especie”. Lo escribió Edgar Cahn, considerado el pionero de los bancos de tiempo en EE UU y autor de (...)
Una vieja idea que Internet ha hecho explosionar es la del intercambio de servicios, que en muchos casos incorpora también la posibilidad de trocar productos. La Asociación para el Desarrollo de Bancos de Tiempo da varios consejos si se quiere constituir (...)
No es solo una medida objetiva. El tiempo nos enseña sobre las relaciones que mantienen entre sí los miembros de una misma sociedad. De cómo lo empleamos resultan la organización del trabajo y las actividades humanas en general. No lo parece, pero plantea (...)