Trabajos esenciales, de mierda, desiguales, muy bien remunerados: a todos afecta, aunque no igual, el discurso de que el empleo está en retroceso y las nuevas tecnologías causarán una masacre laboral.
Trabajos esenciales, de mierda, desiguales, muy bien remunerados: a todos afecta, aunque no igual, el discurso de que el empleo está en retroceso y las nuevas tecnologías causarán una masacre laboral.
Trabajos esenciales, de mierda, desiguales, muy bien remunerados: a todos afecta, aunque no igual, el discurso de que el empleo está en retroceso y las nuevas tecnologías causarán una masacre laboral.
Stephanie Land resume en cuatro palabras el sentido de su libro: “¡No puedes venirte abajo!”. Lo dice después de salir mareada de una de las casas que limpia para sobrevivir junto a su hija en un mercado laboral asfixiante, que le compensa con lo justo para salir adelante.
En inglés, la palabra work procede del término protogermánico werka, que significa “esfuerzo físico”. En italiano, lavoro viene del término latino labor, que significa “cansancio”. Hasta aquí, todo normal, ¿no?
Rafaela Pimentel (Baní, República Dominicana, 1960) lleva toda su vida batallando por los derechos de las mujeres, y en particular de las trabajadoras del hogar y los cuidados. Llegó a España en 1992 para recoger a su hijo, que estaba con su padre. Le robaron el dinero y se quedó para trabajar y devolver préstamos. Empezó como tantas otras: sin papeles. Hasta que una primera familia le hizo un contrato. Ha trabajado duro en Territorio Doméstico. En octubre impulsó el sindicato de su gremio, Sintrahocu. Su hijo ha dirigido un documental sobre el colectivo.
Telefónica es, según una sentencia del Juzgado de lo Social número 12 de Barcelona, responsable de un sistema de subcontratación irregular en el que mantiene falsos autónomos.