Richard Feynman fue uno de los grandes patriarcas de la física teórica en el siglo XX. Sobre otras cosas sabía más o menos lo que todo el mundo, es decir, poco, pero los puntos de vista de un cerebro privilegiado siempre resultan interesantes.
La economía es ciencia y es ficción. Más ficción que ciencia, a veces. ¿Quieren ejemplos? Muchísima gente considera que si Adolf Hitler se hubiera retirado en 1939, antes de la guerra y el genocidio, sería aún hoy el mayor héroe de Alemania.
El lector perspicaz habrá percibido ya que la economía mundial no marcha del todo bien. Tal vez el lector haya llegado a intuir, incluso, las dos cuerdas que forman el nudo que nos ahoga: la cuerda de la deuda excesiva y la cuerda del crecimiento escaso.
Envejecer es un engorro. Uno asiste a la decadencia y la muerte de personas a las que quiere, soporta su propia decadencia y, además, comprueba que los años no aportan ninguna sabiduría. Hay en el envejecimiento algunos inconvenientes adicionales.
Política monetaria: A pesar de la bajada de los precios en algunos países, el BCE no cree que haya peligro de deflación en la zona euro. Una opinión que podría costarle cara a Europa.