Hacia la ciudadanía social
Radiografía para actualizar el modelo de bienestar.
Las inseguridades asociadas al paradigma neoliberal, hegemónico desde la década de 1980, se han intensificado todavía más con la sucesión de sacudidas de los últimos años: del crash financiero a la pandemia, pasando por la crisis del euro. Ello ha ido dibujando un paisaje económico y social enteramente nuevo, con los restos del viejo mundo aún visibles al tiempo que se vislumbran ya los contornos de una nueva era.
Este libro, académico pero accesible a todos los públicos, pone orden al caos con trabajos de 25 investigadores que radiografían las transformaciones que vivimos, lo que permite identificar los nuevos retos y actores para reconstruir un sujeto —la ciudadanía social— capaz de empujar para mejorar el mundo. El resultado es un buen punto de partida para actualizar los modelos de bienestar adaptados al siglo XXI, incorporando temas tan centrales ahora como la emergencia climática, los cuidados y la tecnología.
Contra el Banco Mundial
Éric Toussaint culmina 30 años de investigaciones críticas sobre la institución.
El politólogo y economista belga Éric Toussaint, uno de los referentes del movimiento antiglobalización que más ha combatido las “deudas ilegítimas” de los países pobres, lleva más de 30 años investigando los efectos perversos de las instituciones económicas multilaterales sobre la vida de la gente, y el Banco Mundial ha sido siempre uno de sus blancos preferidos. Este nuevo libro culmina su actividad investigadora sobre esta institución, a la que había dedicado ya otros trabajos, con una radiografía que aspira a ser definitiva, demoledora y también una herramienta para ayudar a su deslegitimación.
Toussaint se dirige sobre todo a los activistas, con un lenguaje accesible y hasta con un glosario que sirve como contradiccionario de la economía dominante. El trabajo analiza a fondo las bases del Banco Mundial, sus intereses y el resultado de sus intervenciones, sobre todo en los países pobres.
La sombra del KGB sigue sobre Rusia
Cómo Putin y otros ex agentes secretos se hicieron con el poder y luego sometieron al dinero.
Lo más vistoso de la reacción occidental a la invasión de Ucrania han sido las sanciones a oligarcas rusos, que incluyen la incautación de sus vistosos yates. Pero si alguien cree que esos sancionados tienen la más remota posibilidad de influir en Vladímir Putin para que pare la guerra, la lectura del libro de Catherine Belton le sacará del error.
Belton, excorresponsal en Moscú del Financial Times, describe con detalle cómo unos exagentes del KGB soviético, que iniciaron su andadura como grupo cuando Putin fue vicealcalde de San Petersburgo a principios de la década de 1990, fueron capaces de hacerse con el poder. Y una vez asentados en el Kremlin, de enriquecerse a lo grande.
El grupo proclama su ambición de recuperar la grandeza imperial, pero sus acciones las guía más el cinismo que el idealismo. De la etapa de San Petersburgo el libro recoge pactos con la mafia local sobre negocios de exportación de petróleo y el control del puerto. La relación con el crimen organizado reaparece tras ocupar el poder en Moscú, sobre todo en la canalización de dinero negro hacia el exterior de Rusia. El último capítulo del libro relata cómo una parte de ese dinero se utilizó para ayudar a Donald Trump y salvarlo de la ruina.
Paradoja: El libro detalla pactos de los exespías con el crimen organizado
Durante la presidencia de Borís Yeltsin unas pocas personas, los oligarcas, se enriquecieron obscenamente con las privatizaciones. Putin no puso en cuestión su riqueza pero, eso sí, les exigió pleitesía. En 2004 los convenció. Mijaíl Jodorkovski, entonces el hombre más rico de Rusia, fue procesado y encarcelado durante 10 años. Su empresa, la petrolera Yukos, fue desmantelada y buena parte de sus despojos fueron a parar a Rosneft, la petrolera pública a cuyo mando había sido destinado Ígor Sechin, del grupo del KGB. Ahí quedó claro que el poder judicial estaba bien alineado con el Kremlin y cuál iba a ser el destino de los empresarios díscolos.
En la Rusia actual el dinero se comparte (entre unos cuantos); el poder, no.
Cómo desactivar las voces críticas
La necesidad de buscar representaciones simplificadas de los problemas puede acabar escondiendo sus implicaciones, sobre todo cuando se trata de retos complejos.
Cuanto más sencillo, más oscuro. Parece una contradicción, pero no. O no siempre. La necesidad de buscar representaciones simplificadas de los problemas puede acabar escondiendo sus implicaciones, sobre todo cuando se trata de retos complejos. En este sentido, una de las voces más destacadas de la economía ecológica, José Manuel Naredo, alerta en su último libro sobre cómo, en la persecución de un mundo más estable y cohesionado desde un punto de vista social y ecológico, hasta los propios movimientos sociales críticos compran conceptos vacíos de contenido que, en su opinión, contribuyen a mermar su fuerza. De ahí el título de la obra: La crítica agotada.
Doctor en Ciencias Económicas y estadístico, Naredo ve en el empleo de "términos fetiche desafortunados" una forma de hacer ver que cambia todo para que nada cambie, al no ponerse en cuestión el sistema económico. "Medio ambiente" sería uno de estos conceptos. Para el autor, es un "vacío analítico" que contribuye a reducir el foco de la conservación del planeta —con sus recursos, sus paisajes y sus ecosistemas—, que se queda en las emisiones de CO2.
Son muchos los conceptos asentados que Naredo critica a lo largo del libro: del "contrato social" a la "propiedad", pasando por la "producción" y la idea misma de "sistema económico". Pero incide especialmente en el "desarrollo". Porque este concepto no casa con el enfoque ecointegrador que lleva años defendiendo, "por mucho que [el desarrollo] se revista con envolturas ecológicas, verdes, resilientes, circulares, inclusivas, justas... y sostenibles".
Incluso puede hablarse de retroceso. En el pensamiento de John Stuart Mill, que ha servido de base de formación a tantos y tantas economistas, a mediados del XIX se reconocía la contradicción básica entre la fe en el crecimiento y un mundo físico que no crece.
Fusión: Naredo defiende un enfoque que integre preocupaciones ecológicas y toma de decisiones económicas
Economistas, políticos, periodistas... en general, utilizamos todo el tiempo estos conceptos. Naredo subraya el modo acrítico en el que lo hacemos, sin tener en consideración los daños sociales y económicos asociados. Deseamos que haya mayor crecimiento, mayor desarrollo, mayor producción. El economista ecológico desliza críticas a keynesianos y a marxistas, porque, al comprar los mismos conceptos, asumen las categorías básicas del sistema que se supone que quieren corregir o transformar.
La revolución de las ideas
Y el poder, pues encantado, porque el statu quo no cambia. Viene al caso la reflexión del geógrafo Elisée Reclus, a finales del XIX: más allá de las luchas sangrientas, "la verdadera revolución es la que se realiza en las ideas". Sin ella, el fracaso.
Como el desarrollo sostenible ha entrado en el mainstream, La crítica agotada puede sonarle radical o provocador a mucha gente (no será el caso entre quienes compartan las tesis del decrecimiento). Su aportación es el impacto que el lenguaje tiene sobre las voces críticas y el hecho de que, más allá de la denuncia, marque caminos de acción en la fusión de las preocupaciones ecológicas en las decisiones económicas. Al fin y al cabo, ¿cómo valorar en dinero que cada día salga el sol y fluyan las energías limpias?
Un oligarca ruso de novela
Un relato del pillaje de las grandes empresas que ayuda a conocer la Rusia actual.
El médico Domingo Manuel Freijomil Touriño ha escrito una apasionante novela que atrapa rápidamente al lector y que está tan bien documentada que tiene rasgos de ensayo. Es un texto en el que se entrecruzan dos historias aparentemente inconexas: el mundo de una misteriosa mina en Guinea Bissau y la caída de la URSS con la eclosión del nuevo poder de los oligarcas, entre los que destaca Vasili por su habilidad para encaramarse al poder.
Este relato repleto de aventuras lo protagonizan Guiliano, un periodista italiano, y su amigo Fabricio, fotoperiodista freelance. Aunque hace años que el libro fue escrito, resulta asombrosa su actualidad por el papel que están desempeñando en la guerra de Rusia contra Ucrania los mandamases soviéticos que se apoderaron de las grandes empresas del país. El libro proporciona claves del proceso de privatización y pillaje de las compañía energéticas que resulta muy útiles para comprender la Rusia actual.
España en buena compañía
Apasionante viaje por el país junto a los escritores que lo amaron.
La escritora y periodista Ana R. Cañil, con una extensa y fructífera carrera en todos los formatos imaginables —prensa diaria, económica, televisión, radio, nativos digitales— recorre España acompañada de muchos de los y las escritores y periodistas extranjeros que la han amado: la ría de Vigo con Julio Verne; Sevilla de la mano de Stefan Zweig; Barcelona junto a George Orwell y Gabriel García Márquez, el camino de Santiago en compañía de Edith Wharton... Y un largo (¡y emocionante!) etcétera.
El trabajo, muy bien editado, con abundante material gráfico, es un estupendo libro de viaje para recorrer España saboreando la historia y la literatura alrededor de los paisajes y la vida. Es también una reivindicación de un país que parece siempre enredado en bucles inextricables y problemas atávicos y que, sin embargo, ha fascinado y hasta enamorado a algunos de los literatos más importantes del mundo.
Cañil regresa a los lugares que dejaron tan honda impronta y los disfruta con la mirada de hoy, asombrada ante una belleza reconocida más fuera que dentro. No hay ánimo de arqueóloga, sino invitación al goce: ¿no va siendo hora de disfrutarnos también nosotros?.
Vox S.A.
Radiografía rigurosa sin clichés ni complacencia.
El periodista Miguel González, de larga trayectoria en El País, radiografía el fenómeno Vox aplicando el método que ha caracterizado toda su carrera: el análisis riguroso de datos y hechos, desprovisto de prejuicios. El resultado es un trabajo esencial para comprender mejor a este partido, sin dramatismo ni excitación e incluso con respeto a sus votantes, como subraya la dedicatoria. Ojo: sin ninguna complacencia. De la lectura se desprende que Vox es un peligro para la democracia (y, a la vez, un gran negocio para sus impulsores), pero el autor rebate los clichés que lo asocian al fascismo y lo incardina en la misma tradición reaccionaria del partido que gobierna Polonia, con la inquietante (y bien documentada) influencia del misterioso grupo El Yunque, motor de muchas iniciativas ultra.
La mejor forma de frenar el avance de Vox no es con manidas proclamas antifascistas, sino entendiendo mejor su auténtica naturaleza. Este libro es una gran contribución para conseguirlo.
El poder del consumo crítico
El carro de la compra más consciente e impermeable al ‘marketing’.
El colectivo de periodistas de investigación agrupado alrededor de Carro de Combate, especializado en consumo crítico, cumple 10 años convertido en una auténtica referencia sobre los procesos de producción y distribución globales, su impacto en la sociedad y también en el potencial transformador de la toma de conciencia de los consumidores y de la generación de alternativas.
Buena parte del conocimiento acumulado en esta última década se condensa ahora en este nuevo trabajo, elaborado conjuntamente por las periodistas Laura Villadiego, Brenda Chávez y Nazaret Castro, quienes aportan el marco teórico y práctico de referencia, perfectamente contrapuesto a las múltiples fórmulas de lavado de cara que tratan de consolidar muchas multinacionales, al tiempo que ponen la lupa en cuatro sectores claves de la economía y el consumo: la alimentación, la moda, la energía y el mundo digital.
Por una salud mental a favor de la gente
Una crítica al modelo actual de atención psicosanitaria con propuestas para mejorar.
El antropólogo social y psicoterapeuta británico James Davies aborda en su último libro una cuestión que ha cobrado máxima actualidad con la pandemia: ¿Cómo es posible que casi todos los campos de la medicina hayan progresado tanto en los últimos 40 años mientras que la salud mental de la población apenas haya mejorado a pesar de las enormes sumas de dinero invertidas en la investigación psiquiátrica y el desmedido consumo de medicamentos? Para Davies, parte de la respuesta está en que desde la década de 1980, coincidiento con la llegada al poder de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, gobiernos y grandes corporaciones han promovido una concepción de la salud mental que pone en el centro un ideal de persona optimista, individualista, resiliente y, sobre todo, productiva al servicio del modelo económico neoliberal.
Sostiene el autor que esa visión mercantilizada de la salud mental ha transformado la actuación psicosanitaria, poniendo el énfasis en la sedación. De este modo, nuestro sufrimiento ha dejado de percibirse como una llamada de atención vital a favor de un cambio o como algo transformador o instructivo y, por el contrario, se ha convertido en una ocasión para hacer negocio. Industrias enteras han prosperado apoyándose en esa lógica, ofreciendo soluciones lucrativas para las dificultades de la vida. Esa visión interesada de la salud mental ha traído consigo la prescripción excesiva de medicamentos, la proliferación de terapias ineficaces y unos pobres resultados clínicos.
Peligro: Anteponer la servitud económica a la salud ha alterado drásticamente nuestro orden de prioridades
Davies concluye que una reforma psicosanitaria de fondo solo será posible si viene acompañada de planteamientos políticos y económicos progresistas y socialmente democráticos. En su opinión, el cambio acabará llegando si se anteponen las necesidades de la gente a una ideología fallida. Será entonces el momento de aplicar propuestas alternativas que, esta vez sí, ayuden a mejorar la salud mental de las personas.
Los estragos de la revolución digital
Un libro que describe la cómplice situación de la sociedad frente al gigante de Amazon.
Alec MacGillis, colaborador habitual de la agencia de noticias independiente ProPublica, vertebra este relato en torno a las desventuras de personajes forzados a malvivir en un trasfondo sórdido de la actividad digital que no aparece en la propaganda del sector tecnológico. Historias todas ellas de trabajadores de Amazon, empresa que el autor destaca como un protagonista, aunque no el único, de los daños colaterales resultantes de la transformación digital de Estados Unidos.
Empezando por el aumento de las desigualdades salariales, en 2015 Amazon pagaba 13 dólares por hora a los empleados de su nuevo almacén de Baltimore, ubicado en el mismo lugar en que los trabajadores de General Motors cobraban 27 dólares por hora 10 años antes. Además de que la temporalidad en esos centros logísticos es muy elevada, las condiciones de trabajo dejan que desear, con informaciones que apuntan a que la tasa de accidentes graves duplica la media del sector.
Por el contrario, los ejecutivos y los desarrolladores, con salarios medios del orden de 150.000 dólares anuales, trabajan en sedes corporativas en las ciudades prósperas. La concentración del sector digital en estas ciudades genera una brecha geográfica. Entre 2010 y 2014, más del 44% de los trabajos del ámbito digital se ubicaban en 10 áreas metropolitanas, en tanto que solo el 1% en condados sin una ciudad de 50.000 habitantes.
La agresión que las prácticas de Amazon suponen para el comercio minorista es otro daño relevante. Quienes comercializan sus productos a través de la plataforma de Amazon pagan comisiones que se han doblado desde el 15% inicial, de modo que ya representan la mayor fuente de beneficios de la empresa. Además, investigaciones en curso apuntan a que Amazon utiliza en su propio beneficio los datos que recaba sobre los que considera "competidores internos". El cierre de comercios tradicionales como resultado de esta competencia tan desigual conlleva un deterioro del comercio de proximidad, y con ello del mercado de trabajo y la calidad de vida de las localidades afectadas.
A pesar de ello, las administraciones locales incentivan con subvenciones y desgravaciones fiscales la ubicación de Amazon en sus territorios. Más aún. Un total de 238 ciudades norteamericanas participaron en una especie de operación triunfo convocada por Amazon para decidir la ubicación de una sede corporativa adicional a la de Seattle. El concurso proporcionó a Amazon una información territorial de gran valor, además de subsidios estimados en 3.500 millones de dólares de los ganadores, los Estados de Nueva York y Virginia.
Conviene, con todo, recordar que las prácticas de Amazon tienen el beneplácito tácito de millones de clientes que dan preferencia a su comodidad antes que a cuestionar la ética de la empresa. Por eso, el título original del libro: Fulfillment: Winning and Losing in One-Click America me parece preferible al de la traducción al castellano.