Libros

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Portada de La crisis permanente
La crisis permanente
Marc Chesney
Bellaterra Edicions
,
2021
125
páginas
14,00

La manipulación de las finanzas

Por A.M.

Una crítica al capitalismo de casino y a la oligarquía financiera que lo maneja.

El economista John Maynard Keynes ya advirtió en1936 de los riesgos de convertir el capitalismo en un casino. Marc Chesney, profesor de la Universidad de Zúrich, rememora en La crisis permanente esta reflexión del influyente economista británico para asegurar que la situación actual "es peor”. Sostiene que “los grandes bancos y los fondos especulativos no solo juegan como en un casino, sino que lo manipulan y, además, lo hacen casi siempre con el dinero que no les pertenece, con el dinero del contribuyente, del pensionista, del cliente... ¡sin olvidar el del accionista!”.

Chesney examina la profunda financiarización que ha registrado la economía, cuyos resultados contradicen los principios del liberalismo sobre los que supuestamente se apoya. Esta doctrina debería proporcionar “el bienestar material de los hombres”, según Ludwig Von Mises, uno de sus impulsores.
La realidad, sin embargo, es que la lógica liberal ha generado una poderosa oligarquía financiera con unas remuneraciones astronómicas a costa de un empobrecimiento de las clases medias. El autor destaca el ejemplo de Estados Unidos, donde en 2013 los 20 directores de fondos especulativos mejor pagados cobraron de media 1.100 millones de dólares, o sea, unas 25.000 veces el salario medio. Y destaca que ese mismo año George Soros, director del fondo especulativo Soros Fund Management Renaissance Technologies, batió todos los récords al percibir 4.000 millones de dólares.

Excesos: En contra de principios liberales, los mercados están  hurtando el bienestar a amplias capas sociales

Con numerosos ejemplos, Chesney demuestra como “el sector financiero está en contradicción con los principios que pretende respetar y promover” y concluye que “los mercados financieros asfixian a la sociedad”. Cree que esta situación se puede corregir mediante una estricta regulación que impida los sueldos astronómicos, un control de las agencias de calificación y una auditoría de la deuda.

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Portada de Los cinco elementos
Los cinco elementos
Yayo Herrero
Arcàdia
,
2021
142
páginas
16,00

Lecciones de alfabetización ecológica

Por Andreu Missé

“Para poder cambiar, necesitamos recuperar los mitos y  las ficciones y componer otro relato cultural más armónico con la materialidad humana".

Los cinco elementos
Yayo Herrero
Arcadia, 2021
142 páginas
16 euros

La investigadora y comprometida activista Yayo Herrero ha superado con notable éxito el desafío de explicar con la máxima sencillez, rigor y brevedad la creciente desestabilización que sufre el planeta como consecuencia de un capitalismo basado en un crecimiento sin límites. En este libro expone con sobrecogedores argumentos la urgencia de hacer frente “al capitalismo mundializado que está descuajaringando las reglas que han organizado el mundo durante miles de años”.  Con un dato clarifica el mundo en que vivimos: “Si toda la población del planeta viviese como la media de una persona en España, harían falta casi tres planetas. Lo que unos tienen de más sale de la tierra que otros pierden”.

Los cinco elementos sobre los que Herrero reflexiona son el agua, la tierra, el fuego, el aire y la vida, aspectos de la naturaleza que han quedado ocultos cuando se coloca el dinero en el altar. El relato está sazonado con intensas experiencias personales que ponen de relieve que la defensa del medio ambiente no va solo de sesudos estudios científicos o conferencias internacionales, sino que requiere también un compromiso personal como ha sido el suyo en Ecologistas en Acción, su casa.

El agua encabeza sus preocupaciones. España, recuerda, la autora, tiene el 20% menos de agua disponible que hace 30 años y, sin embargo, ha incrementado el 20% las tierras de regadío en los  últimos 18. La escasez de agua por persona es especialmente grave en el África subsahariana, donde ha disminuido el 41%. En su opinión, entre las causas estructurales del declive del agua están los delirios tecnoutópicos, el ecocidio y las lógicas de acumulación por desposesión , pero, sobre todo, la incapacidad de nuestra cultura para sentir hasta qué punto somos agua”.

Sobre los daños de la contaminación del aire, recuerda que en la civilización industrial, “el capital se abrió paso a machetazos contra los pulmones de los trabajadores y trabajadoras y los pulmones de la tierra”. Concluye: “la supremacía del capital y el aire libre no son compatibles” y recuerda que cada año mueren prematuramente en España 30.000 personas por la contaminación del aire.
Al fijarse en la tierra, destaca la interacción existente de los organismos del suelo entre sí y con las plantas y los animales. La autora considera fundamental mantener una interacción adecuada para la producción de alimentos. Y advierte: “Si se sigue destruyendo el sustrato vivo del planeta, en los próximos 20 o 30 años solo por esta causa dispondremos del 30% menos de alimento”.

La lección que mejor sintetiza la obra, inspirada en la bióloga estadounidense Lynn Margulis, es que “la vida no conquistó el planeta mediante combates, sino gracias a la cooperación”.  “Nosotros mismos, los humanos”, precisa Herrero, “estamos habitados por millones de bacterias que cooperan con nosotros”. Una tesis menos difundida porque la literatura científica ha destacado la supervivencia del más fuerte quizá porque encaja mejor con una organización social que legitima la competencia y la explotación de todo lo vivo por parte de quien tiene más poder”.

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Portada de Cuaderno de urgencias
Cuaderno de urgencias
Tereixa Constenla
Siruela
,
2021
211
páginas
17,95

Pérdida, duelo, amor

Por Juan Pedro Velázquez-Gaztelu

Conmovedor homenaje al periodista Alejandro Bolaños.

La muerte de un ser querido abre una herida que nunca se cierra, sobre todo si quien se marcha es al mismo tiempo compañero de vida y de trabajo y padre de tu hija. Alejandro Bolaños, periodista de la sección de Economía de El País, murió el 31 de agosto de 2018 de un cáncer de páncreas. Su esposa, Tereixa Constenla, recrea en este emocionante libro los buenos y malos momentos vividos junto a un hombre que dejó un recuerdo imborrable —como profesional, pero sobre todo como ser humano— entre quienes trabajaron con él en las redacciones del periódico en Sevilla y Madrid. La autora, ahora corresponsal en Lisboa de El País, mezcla a modo de mosaico anotaciones de diario, retazos de conversaciones y experiencias vividas durante casi dos décadas de convivencia. Estamos ante un libro triste, pero nada deprimente. Es un relato sincero y de enorme calidad literaria sobre la pérdida, el duelo y, sobre todo, el amor.

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Portada de Criada
Criada
Stephanie Land
Capitán Swing
,
2021
326
páginas
19,00

Sobrevivir limpiando casas

Por Siscu Baiges

Una dura realidad que suele ocultarse.

Stephanie Land resume en cuatro palabras el sentido de su libro: “¡No puedes venirte abajo!”. Lo dice después de salir mareada de una de las casas que limpia para sobrevivir junto a su hija en un mercado laboral asfixiante, que le compensa con lo justo para salir adelante. Uno no deja de pensar en nuestras kellys mientras Land desgrana su biografía, marcada por trabajos precarios y ayudas públicas que alcanzan justo para llegar a fin de mes, o de semana. Ser madre soltera sin colchón económico es un reto físico y mental. La autora nos lo muestra en los detalles cotidianos, en cómo pelea por conseguir el bono que le permitirá pagar la gasolina, los alimentos que necesita su hija y el alquiler del cuchitril donde viven.

La autora completó sus estudios en la Universidad de Montana con becas y préstamos. Estamos ante un libro que nos descubre una realidad de EE UU, pero muy parecida a la de aquí. Netflix ha basado en este libro su serie La asistenta. Véanla si quieren, pero no se pierdan esta lectura. 

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Portada de Privacidad es poder
Privacidad es poder
Carissa Véliz
Debate
,
2021
616
páginas
18,90

Un bazar con tus datos

Por Ricard Ruiz de Querol

La mala tecnología nos quita más de lo que nos da.

Lo que Carissa Véliz defiende en este libro se resume en tres frases: (1) Los datos personales son tóxicos y deberían regularse como tales. (2) Quienes se dedican a la recogida sistemática de nuestros datos personales y al mercadeo sin control de información basada en ellos acumulan cuotas inauditas de poder, influyen para que nos comportemos de formas que no nos convienen y se lucran facilitando que otros lo hagan. (3) Lo anterior era inevitable y lo actual, intolerable. 

Los cuatro primeros capítulos contienen un relato detallado acerca de la gran variedad de modos en que se recopila y explota información privada. Esto, junto con la extensa relación de referencias en las que se apoya, ya justifica la lectura del libro. En cambio, la última parte, dedicada a la descripción de recetas prácticas para desenchufarnos de quienes erosionan nuestra privacidad, resulta algo decepcionante. Como la autora resalta, la privacidad es tanto colectiva como personal. Se asemeja en ello a otros bienes comunes como los recursos naturales. Recuperar la privacidad perdida exigirá algo más que las medidas individuales que la autora recomienda desde una perspectiva más académica que activista.

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Portada de Madrid, 1983
Madrid, 1983
Arturo Lezcano
Libros del K.O.
,
2021
447
páginas
21,90

Los años del vértigo

Por Juan Pedro Velázquez-Gaztelu

Una excelente oportunidad para conocer o rememorar una etapa clave de la historia.

Cuando todo se acelera es el acertado subtítulo de una crónica de la década de 1980 tan intensa, fecunda y caótica como fueron aquellos años. El periodista Arturo Lezcano utiliza 1983 como eje para relatar la transformación de una ciudad gris, capital de la última dictadura de Europa occidental, en una de las más divertidas, abiertas y dinámicas del continente. Esta es también la historia de un país que ansiaba ponerse a la altura de las naciones más prósperas de Europa y de los escollos que tuvo que salvar para lograrlo. Fueron los años de Felipe González y Tierno Galván, de la epidemia de heroína y la delincuencia juvenil, de la reconversión industrial y de las colas del paro, de los atentados de ETA y la guerra sucia antiterrorista... Y, por supuesto, de la Movida. El autor no vivió aquel momento, pero parece que estuvo allí gracias a un gran trabajo de documentación  y conversaciones con sus protagonistas. 

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Portada de Guía de comunicación no sexista
Guía de comunicación no sexista
Instituto Cervantes
Debate
,
2021
278
páginas
17,90

"Todes", vecindario y "compañer@s"

Por A.T.

El Cervantes propone una guía no sexista que ve "natural" visibilizar a las mujeres, pero rechaza “lo artificioso".

 

¿Se puede hablar y escribir de forma inclusiva sin recargar en exceso los textos y sin violentar la gramática? Así lo defiende el Instituto Cervantes en su Guía de comunicación no sexista. Al margen de lo que se opine sobre este tema sensible, vale la pena consultar esta guía por sus múltiples ejemplos y sugerencias. 

La madre del cordero es el uso genérico del masculino. Para entendernos: según la gramática, que se rige por el principio de economía lingüística, “cocineros” puede referirse a hombres que cocinan o englobar a personas de cualquier sexo que cocinan. Pero el genérico tiende a identificarse con el predominio de los varones y oculta a las mujeres. En este punto la guía no es taxativa. Ni recomienda suprimirlo sistemáticamente, ni emplearlo por fuerza. El contexto dice si el uso es sexista.
 

El Cervantes acepta los desdoblamientos y las formas concordadas, pero con moderación, para evitar frases como “los técnicos y las técnicas de esta empresa parecen habilidosos y habilidosas y cumplidores y cumplidoras”. Visibilizar a las mujeres y evitar la discriminación es “natural y aceptable”, mas añade: “lo artificial y artificioso es absolutamente rechazable”. La apuesta es cambiar el redactado, pero se alerta del abuso de sustituciones que alteran significados. No es lo mismo "los niños" que "la infancia".

Resulta interesante, y provocadora, la reflexión y autocrítica pública de la activista Teresa Maldonado en Hablemos claro, que carga contra la “inflación” de conceptos (tipo "cisheteropatriarcado”) y el abuso de frases hechas ("cadena de cuidados") de la jerga feminista. Critica el uso de signos gráficos (chic*s o “chic@s”) y considera un tanto excluyente el uso de la -e como genérico ("viejes" o "niñes". Aduce que si el cómo acaba tapando al qué, cuesta más seguir cambiando el mundo. 

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Portada de Una breve historia de la igualdad
Una breve historia de la igualdad
Thomas Piketty
Deusto
,
2021
294
páginas
18,95

La desigualdad como construcción social

Por Andreu Missé

La tendencia histórica hacia una mayor igualdad ha sido posible gracias a revueltas, revoluciones y movilizaciones políticas a gran escala.

Una breve historia de la igualdad
Thomas Piketty
Deusto, 2021 
294 páginas
18,95 euros

Thomas Piketty lleva más de 25 años investigando sobre la desigualdad. El economista francés se ha convertido en un referente mundial por sus estudios sobre el capitalismo en obras como Capital e ideología (2019) y  El capital del siglo XXI (2014). En su último libro, escrito con un estilo muy didáctico, sostiene que desde finales del siglo XVIII el progreso humano es una realidad. “Existe una evolución tendencial a lo largo de la historia hacia una mayor igualdad social, económica y política”, afirma. A su juicio, este avance social ha sido consecuencia de luchas y revueltas frente a la injusticia que han permitido transformar las relaciones de poder y derrocar las instituciones utilizadas por determinadas clases sociales en su propio beneficio.

El meollo del libro está en la consideración de que “la desigualdad es una construcción social, histórica y política”. Esto significa que para un mismo nivel de desarrollo económico hay múltiples formas de organizar un sistema social y político. En otras palabras, un sistema desigual puede modificarse mediante la implementación de instituciones más justas.

A pesar del avance general hacia la igualdad, el autor no presenta un análisis lineal de este camino. Advierte de que las luchas no son suficientes en sí mismas. “Son una condición necesaria para derrocar las instituciones y los poderes desigualitarios, pero, desgraciadamente, no son garantía de que las nuevas instituciones y poderes que los sustituyan sean siempre tan igualitarios y emancipadores como cabría esperar”. En este sentido, admite que el comunismo soviético permitió a los bolcheviques sustituir el régimen zarista por “Estado proletario” que logró considerables progresivos educativos, sanitarios e industriales al tiempo que contribuyó muy poderosamente a la derrota del nazismo. Igualmente, destaca que sin la URSS y el movimiento comunista internacional habría sido muy difícil que los dirigentes occidentales hubieran aceptado la Seguridad Social y la fiscalidad progresiva. 

Pero el profesor francés recuerda también que el sistema de partido único, el rechazo de las elecciones y sindicatos condujeron a un regimen de opresión y encarcelamiento y a la aparición de una nueva forma de hipercapitalismo. Por esta razón, subraya la necesidad de aprender de los errores históricos y potenciar nuevos valores e instituciones como la igualdad jurídica, el sufragio universal y la democracia parlamentaria, la educación gratuita y obligatoria, el seguro de enfermedad universal, la fiscalidad progresiva y la libertad de prensa.

El autor aboga por un socialismo democrático y federal, descentralizado y participativo, ecológico y con mestizaje social, basado en el desarrollo del Estado social, el reparto del poder en las empresas, las reparaciones poscoloniales, la lucha contra la discriminación y la progresiva desmercantilización de la economía. Y expresa también su preocupación por el poder de los bancos centrales y su política monetaria, que, en su opinión, debe estar sujeta a un mayor control democrático: una tarea que no ve nada fácil. 

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Portada de La automatización de la desigualdad
La automatización de la desigualdad
Virginia Eubanks
Capitán Swing
,
2020
304
páginas
19,00

La trampa de la informatización

Por Ricard Ruiz de Querol

Un libro sobre el peligro de que los algoritmos tomen decisiones por encima del criterio de las personas.

Este libro contiene los resultados de una investigación de campo sobre sistemas de ayuda a personas desfavorecidas en EE UU, pero sus conclusiones bien pueden extrapolarse a otros entornos; quizá también a los nuestros.

Se cede a sistemas informáticos gran parte del poder de decisión sobre servicios sociales que antes tomaban seres humanos, pero esos sistemas no son neutrales; heredan los valores y objetivos de quienes los contratan e implementan. Cuando su objetivo es racionalizar y hacer más eficientes los programas sociales, tratan a los solicitantes de ayuda más como posibles defraudadores que como personas con derecho a ser asistidas. Se convierten así en un muro entre la población pobre y sus derechos legales.

Hay una obvia asimetría de poder entre los solicitantes de asistencia y quienes administran los sistemas. Se obliga a los primeros a proporcionar todo tipo de información personal y familiar, pero no se impone a los administradores la obligación de transparencia acerca de los modelos y los algoritmos que deciden la elegibilidad de las personas que solicitan asistencia. Prevalece el criterio de que las decisiones informáticas son más neutrales y objetivas que las que tomarían los asistentes sociales. En consecuencia, el número de estos se reduce, en tanto que se presiona a los que permanecen para que sus decisiones se alineen con las del ordenador. Al incrustarse como elemento central del funcionamiento de las instituciones sustituyendo a personas, los sistemas informáticos desplazan a la empatía y a la política.

Muro: Los sistemas informáticos contribuyen a privar de sus derechos a muchos solicitantes de ayudas sociales en EE UU

La autora apunta también al riesgo de extender a la gestión de otros derechos el uso de sistemas automáticos apoyados en la recogida de datos personales. No lo menciona, pero el caso de los pasaportes covid puede bien ser un ejemplo.

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Misión Economía
Misión Economía
Mariana Mazzucato
Taurus
,
2021
251
páginas
19,90

Repensar el Estado

Por Andreu Missé

Mazzucato rememora el pensamiento griego, que consideraba un idiota a quien se ocupaba solo de los asuntos privados.

La economista Mariana Mazzucato propone un cambio radical para afrontar los desafíos económicos y sociales que es incapaz de resolver el sistema capitalista actual. En su libro más reciente, la catedrática de Economía de la Innovación del University College de Londres plantea repensar el rol de los Estados para recuperar su función social y el sentido del interés público.

Mazzucato sugiere sustituir la noción del papel de los gobiernos. En lugar de “solucionar, regular, redistribuir, corregir los mercados que funcionan mal”, propone que se orienten por misiones. El enfoque de las misiones implica que la economía política utilice la idea de propósito público para guiar las políticas y la actividad empresarial. En su opinión, “el propósito público debe ser un elemento fundamental en la manera de generar riqueza colectivamente”.

La estrategia basada en misiones “significa diseñar políticas que catalicen la inversión, la innovación y la colaboración entre una gran variedad de agentes económicos, involucrando tanto a las empresas como a los ciudadanos”. En definitiva, conformar antes el mercado y no corregir después. Es decir, se trata de plantear previamente “qué clase de mercados queremos en vez de qué problemas del mercado es necesario corregir”. Un enfoque basado en las misiones conlleva una nueva perspectiva: “lograr que la economía trabaje en favor de los objetivos de la sociedad, en lugar de que la sociedad trabaje para la economía, requiere invertir la forma en que se piensan los presupuestos”.

El cambio del capitalismo que plantea la profesora italoestadounidense apunta a unas nuevas relaciones entre el Gobierno, las empresas y la sociedad civil. La autora otorga especial relevancia al papel de la inversión pública y lamenta que el debate actual se centre en la deuda y el déficit. En este nuevo enfoque son relevantes sus propuestas para combatir la desigualdad a través de la predistribución, no solo mediante la redistribución. Para ello propugna “poner un énfasis mayor en los buenos empleos y las estructuras de propiedad colectivas —incluidos algunos recursos clave como los datos— en lugar de en lo habitual ex post mediante impuestos”.

Se trata de un nuevo concepto de lo público, que implica que el Gobierno no es el único actor. Mazzucato se inspira en el pensamiento clásico griego para retomar la noción de interés público. Recuerda que la filosofía política helena tenía un fuerte sentido del servicio público y del deber ciudadano de participar en los asuntos públicos. Eran unas ideas que conducían a pensar que “si solo te ocupabas del sector privado eras un idiota”.

Lograr que el capitalismo funcione de otra manera requiere, en su opinión, “reimaginar el pleno potencial de un sector público motivado por el propósito público, definiendo democráticamente objetivos claros que la sociedad debe cumplir mediante la inversión y la innovación conjuntas”. Desde esta perspectiva, propugna una participación más activa de las asociaciones de consumidores para compensar el poder de las grandes compañías y equilibrar el sistema.