Enric González
Paraísos
Pensemos, por una vez, en grande. En los mismos términos que propone Sapiens, de Yuval Noah Harari, un libro extremadamente interesante. ¿Cuál es el objetivo primordial de nuestra especie? Suele decirse que la reproducción y la perpetuación. Pero no.
El factor humano
Dentro de una disciplina tan errática y subjetiva como la economía, el elemento menos predecible es el humano. Aunque son las personas, con su talento y sus mitos religiosos y culturales, las que fabrican (o destruyen) los sistemas sociales, la riqueza y el bienestar, nunca es posible adivinar qué tipo de gente le conviene a un país.
Libertad contra justicia
La libertad y la justicia nos parecen, en general, valores absolutamente positivos y complementarios. Pero, puestos en práctica, no son ni lo uno ni lo otro. La práctica es la economía, un terreno mundano y bastante lioso en el que los conceptos abstractos sirven de poco. Veamos.
El relato económico
La economía es considerada una ciencia. Pero no se me alarmen: incluso el periodismo y la publicidad han llegado a ser calificados, universitariamente, como Ciencias de la Información. La economía es tan científica como la política o la sociología.
La guerra
Un buen economista que se pone a cavilar suele tener mucho peligro. Desde hace algún tiempo, varios economistas juguetean con una explicación para la falta de crecimiento en los países ricos: nos falta, dicen, una buena guerra.
Más deuda
La Navidad, como todo, tiene una concisa definición económica: es la época en que se compran los regalos de este año y se paga con dinero del año próximo. Eso supone deuda, queridos amigos.
Darwin
La economía, queridos amigos, tiene una médula darwinista. Como la vida misma. Y no creáis que me refiero solamente al capitalismo, porque las experiencias socialistas conocidas hasta la fecha resultaron de un darwinismo tan áspero como la policía húngara.
Elemental
El lector perspicaz habrá percibido ya que la economía mundial no marcha del todo bien. Tal vez el lector haya llegado a intuir, incluso, las dos cuerdas que forman el nudo que nos ahoga: la cuerda de la deuda excesiva y la cuerda del crecimiento escaso.
Prohibición
Hay que admitirlo: tenemos un talento especial para agravar cualquier problema. No importa que el problema sea de por sí gravísimo. Si nos dejan hacer, podemos empeorarlo hasta límites inconcebibles. Un ejemplo entre muchos es la droga.
Merkelandia
La solución de los problemas europeos es fácil. Podría bastar con elegir algún oscuro lugar en Brandeburgo o Prusia, fundar allí una gran ciudad y llamarla, por ejemplo, Merkelandia. Lo digo en serio. La solución la ideó un señor llamado Alexander Hamilton, que nació en una isla caribeña y fue el auténtico fundador de Estados Unidos.