En el país de la Unión Europea con una temporalidad más elevada, la cantidad de contratos indefinidos sobre el total ha alcanzado una proporción muy significativa coincidiendo con los primeros meses de aplicación de la última reforma laboral.
La afiliación a la Seguridad Social, dato que se suele emplear para medir el dinamismo en la creación de empleo, ya se sitúa por encima de los niveles previos a la pandemia.
La escasez de mano de obra en sectores clave de la economía es una herencia de la covid-19, pero el fenómeno hunde sus raíces en desequilibrios más profundos.
La polémica reforma laboral de 2012 no resolvió ninguno de los problemas esenciales del mercado de trabajo y ha fracasado en la lucha contra los excesos de la temporalidad.
Pese a las medidas para ampliar el alcance del ingreso mínimo vital —el suelo de ingresos de carácter estatal introducido por el Gobierno para ayudar a las personas más vulnerables—, a finales de septiembre solo se habían validado 336.933 de las 1,45 millones de solicitudes presentadas (de las cuales se tramitaron 1,24 millones).
Seguro que muchas empresas actúan según la ley de la oferta y la demanda e innovan bajo la presión de la competencia. Pero los manuales económicos no dicen nada del lado oscuro del capitalismo.
Eso que llaman “conflictividad laboral” está en aumento en España. Y es posible que en las próximas semanas y meses muchos ciudadanos sufran los inconvenientes de alguna que otra huelga. El batacazo de la pandemia, la inflación creciente y la continua pérdida de poder adquisitivo desde la crisis financiera de 2008 han creado una situación muy difícil.
Stephanie Kelton es una de las grandes defensoras de la Teoría Monetaria Moderna, que defiende la capacidad del Estado, como emisor monopolístico de moneda, de gastar ilimitadamente para estimular la economía o pagar la deuda.
Este es un libro delicioso, à la Yuval Noah Harari, con luces largas de millones de años y enfoque multidisciplinar, aunque con predominio de la antropología, alrededor de una pregunta: ¿por qué trabajamos tantas horas, a costa incluso de dejar escapar la vida?
En inglés, la palabra work procede del término protogermánico werka, que significa “esfuerzo físico”. En italiano, lavoro viene del término latino labor, que significa “cansancio”. Hasta aquí, todo normal, ¿no?