Cultura // Librerías rebeldes

A pesar de la crisis y del auge de las ventas por Internet, surgen cada vez más espacios que fomentan un sentimiento de comunidad a través de los libros.

Por Juanjo Herranz

Satisfacción en la encuesta

Un total de 418 suscriptores de la revista contestaron este año a la encuesta de satisfacción sobre la revista, aportando, además, información para conocer mejor las características de los suscriptores, la base de este proyecto de periodismo independiente. Los suscriptores otorgaron una nota media de 8,44 a la publicación en una escala del 0 (muy deficiente) y 10 (matrícula de honor).

Suscripción amiga: más compromiso

El 14 de enero se celebró el encuentro anual del equipo de la revista con los Amigos y Amigas de la cooperativa, que agrupa a los suscriptores más comprometidos. La reunión, que este año tuvo que celebrarse de forma telemática, congregó a unas 40 personas, que debatieron fórmulas para que la revista aumente el número de suscriptores, el gran reto pendiente desde su origen. 
El listado completo de Amigos se publicará en el número de febrero.

Nace Cercles.Coop

Se trata de una plataforma mancomunada de 'software' libre para hacer consultas y asambleas cooperativas 'online'.

Por Mariana Vilnitzky

Un plan de choque con medidas innovadoras

Alternativas: Las monedas locales pueden ser una buena herramienta para afrontar la crisis porque multiplican el impacto del gasto público y refuerzan las comunidades.

Por Georgia KaravangeliEquipo MedTOWN

Nuevo socio

El último consejo rector de Alternativas Económicas SCCL, empresa editora de la revista, aprobó la incorporación como socio-colaborador de Juan Enrique Elúa, muy vinculado a los movimientos sociales de Euskadi. Con esta incorporación la cooperativa suma 85 socios. De ellos, 7 son trabajadores y 78 colaboradores, equivalentes a los inversores pero sin ánimo de lucro.

Por Alternativas económicas

1919: Albert Thomas dirige la OIT

Empleo: La Organización Internacional del Trabajo ha cumplido 100 años. Para sus fundadores, una paz permanente solo podía basarse en la justicia social.

Por Adeline Blaszkiewicz-Maison*