¿Quién vigila al vigilante?
La Unión Europea destina cada vez más fondos a la agencia encargada del control de fronteras, entre críticas a su opacidad e ineficacia y denuncias de violación de derechos humanos
La Unión Europea destina cada vez más fondos a la agencia encargada del control de fronteras, entre críticas a su opacidad e ineficacia y denuncias de violación de derechos humanos
La clave de bóveda de la zona euro cumple un cuarto de siglo
La cuarta economía mundial paga cara su dependencia de la energía rusa y provoca la contracción de la zona euro
La guerra en Ucrania ha obligado a la Unión Europea a buscar proveedores de gas alternativos a Moscú, pero también a impulsar las energías renovables
El Tribunal de Cuentas Europeo pone al descubierto el mal funcionamiento del mercado debido al retraso en la integración.
Hace un año los 200 mandamases de las grandes multinacionales estadounidenses que integran la Mesa Redonda de los Negocio sorprendieron al mundo con una insólita declaración: “El propósito de las corporaciones no debe ser solo maximizar los beneficios para los accionistas”. Proclamaron que los objetivos de las empresas deben incluir también “compensar justamente a los trabajadores”, “tratar justa y éticamente a los proveedores” y “proteger el medio ambiente acogiendo prácticas sostenibles en nuestras empresas”.
La respuesta de Europa a la crisis económica y social causada por la pandemia no ha tranquilizado a los países más afectados y que precisan más ayuda: Italia y España. Las medidas adoptadas por los ministros de Finanzas del Eurogrupo el pasado día 9 resultan muy insuficientes para atender los destrozos de la crisis económica, considerada la peor desde la segunda guerra mundial. El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha expresado reiteradamente su decepción por no haberse logrado ningún avance sobre la mutualización de la deuda con instrumentos como los eurobonos o coronabonos. Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha sido tan lacónico como explícito al afirmar que “el acuerdo no colma nuestras demandas”.
El deterioro acelerado que está registrando la economía en varios países europeos está propiciando una fuerte presión a las autoridades europeas para que aumenten los recursos financieros destinados a remediar las consecuencias económicas y sociales de la epidemia de covid-19. Técnicos de la Comisión Europea están intensificando los trabajos para convencer a los países más reticentes a adoptar medidas comunes (Alemania, Holanda, Austria y Finlandia) para incrementar los fondos necesarios en apoyo de los países más dañados, especialmente Italia y España. La Comisión trata de movilizar hasta tres billones de euros a través de un nuevo fondo complementario.
El Intituto de Estudios Europeos de la Universidad de Valladolid organiza estas jornadas con el objetivo de aportar herramientas para la integración europeas, más allá de lo económico.
Desconexión: La relativa buena salud de la economía estadounidense contrasta con la persistente atonía de la zona euro. La política del nuevo presidente, Donald Trump, puede ahondar aún más la diferencia.
Crecimiento: Iniciado en 2015, este gran programa de inversión se va a prolongar hasta 2020. Bruselas debería reformarlo para dar respuesta a las críticas.
La última revista del Consejo General de Abogacía Española hace hincapié en Europa, con el artículo “Última oportunidad de los pequeños pasos. La UE en su peor momento”, de Fernando López Aguilar, y “El estado de la Unión en el 66.º Aniversario de la Declaración Schuman”.
Durante casi dos años el debate político de la UE ha estado concentrado en romper El círculo vicioso entre las crisis bancarias y la deuda soberana, con un resultado muy débil.
Europa va mal. La percepción de muchos ciudadanos es que la Unión Europea no solo no resuelve sus problemas, sino que los agrava.
Las “externalidades ambientales” generadas por la actividad económica son frecuentes, extensas y afectan al conjunto de la sociedad. Como operan fuera de los mercados y su lógica, no basta con la actitud cooperativa de los actores implicados: es imprescindible la regulación pública.
El flamante gobernador del Banco de Inglaterra, el canadiense Mark Carney, ha inaugurado su mandato con una decisión plena de sentido común y sensibilidad social. El precio del dinero hasta que el desempleo se sitúe por debajo del 7%. Y en el resto Europa ¿qué hacemos? Hemos perdido reflejos o sensibilidad. O, si se prefiere, sentido de la realidad.
El ministro de Finanzas portugués, encarnación de los recortes, se ha ido reclamando una nueva fase de inversión
François Hollande no ha parado de repetir estos últimos meses que lo más duro estaba ya a nuestras espaldas. Que la crisis del euro había sido superada. Que se habían adoptado iniciativas a escala europea para impulsar el crecimiento.
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