Enric González
Siempre Murphy
La única ley económica realmente inexorable es la de Murphy. Solemos atribuir al ingeniero Edward Aloysius Murphy lo de que “si algo puede salir mal, sale mal”. En realidad, no dijo eso. Aunque habría seguido teniendo razón.
Queríamos salvar el planeta
Al poder hay que juzgarlo por lo que hace, no por lo que dice. Y lo mismo vale para cualquiera de nosotros: somos lo que hacemos.
Economía y democracia
A veces creemos hablar de economía cuando hablamos de otras cosas. Y, a la inversa, más de una vez creemos hablar de otras cosas cuando, en realidad, hablamos de economía.
La aldea global es ahora un barrio peligroso
Vivíamos con una serie de convicciones que han resultado falsas. Nunca se han hecho y, por tanto, nunca se harán la guerra dos países con McDonalds en sus ciudades, decían. La globalización es el mejor antídoto contra los conflictos violentos, decían.
No era economía, sino fanatismo
El neoliberalismo nació como una doctrina económica. Y ha acabado pudriendo las instituciones políticas. Paso a explicarles por qué.
¿Para qué servirán los bancos?
La banca nunca ha respondido a ninguna de las definiciones que el diccionario ofrece sobre el término popular: ni pertenece al pueblo, ni procede de él, ni está relacionada con la parte más desfavorecida del pueblo (salvo cuando se trata de desahucios), ni está al alcance de la gente más pobre, ni es estimada por el público en general.
Cómo acaba la inflación
Las crisis de inflación son como las comedias sentimentales: cada una empieza a su modo pero todas terminan igual.
El engorro de las huelgas
Eso que llaman “conflictividad laboral” está en aumento en España. Y es posible que en las próximas semanas y meses muchos ciudadanos sufran los inconvenientes de alguna que otra huelga. El batacazo de la pandemia, la inflación creciente y la continua pérdida de poder adquisitivo desde la crisis financiera de 2008 han creado una situación muy difícil.
El freno y el acelerador
De la economía se pueden decir muchas cosas, casi todas malas. Pero no que es predecible. ¿Alguien se habría atrevido a profetizar, hace un año, el brutal aumento de los precios de la energía? Pues eso. Ahora tenemos un poco de inflación, algo que sí podía adivinar cualquier atontado (yo mismo, sin ir más lejos), y la cosa no parece grave por el momento, salvo para los alemanes, cuyo corazón fibrila en cuanto la línea de los precios deja de ser completamente horizontal.
Un personaje con mal destino
Los antiguos guionistas de Hollywood denominaban “dead meat”, literalmente “carne muerta”, al personaje simpático destinado a fallecer antes del final de la película. Como no podían cargarse al protagonista, conseguían la lagrimita del público matando a alguien cercano y querido, generalmente su mejor amigo.