Covid-19 // Llega la hora de la diplomacia de las vacunas
EE UU pasa de acaparar dosis a presentarse como el gran suministrador del mundo, mientras que China expande sus ventas por todos los continentes.
EE UU pasa de acaparar dosis a presentarse como el gran suministrador del mundo, mientras que China expande sus ventas por todos los continentes.
La crisis de la covid-19 se deja notar en la cantidad de particulares que, viéndose incapaces de pagar sus deudas, presentan un concurso de acreedores. Solo en el cuarto trimestre de 2020 fueron 1.045 las personas físicas sin actividad empresarial que emularon a las sociedades y declararon su insolvencia. Es la mayor cifra en 15 años registrada en un solo trimestre.
Una minuciosa investigación periodística sobre lo ocurrido en los centros de mayores durante la pandemia.
Attali augura más pandemias y desastres ecológicos. Para evitarlo, llama a prepararse para lo peor.
Incertidumbre: Se avecinan tiempos de dificultades y oportunidades. Un nuevo contrato social europeo debería servir de base para alcanzar la deseada prosperidad sostenible.
La producción de vacunas contra la covid-19, cuya existencia parecía impensable hace un año, ha tomado carrerilla en todo el mundo. Al cierre de marzo pasado, la vacuna fabricada en mayor medida era de la alianza Pfizer-BioNTech, (119 millones), seguida de la china Sinovac (91 millones), AstraZeneca (83 millones), Moderna (61 millones), Sinopharm (38 millones) y Sputnik (10 millones).
En el primer año de pandemia la paralización total y parcial de la actividad hizo que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), la mayoría de ellas de CO2, disminuyeran el 17,9% respecto de las del año anterior. Es un retroceso nunca registrado hasta ahora, en un año en el que la economía reculó el 10,8%. Según la estimación del Observatorio de Sostenibilidad, la caída es del 11% y del 42% respecto a los dos años de referencia, 1990 y 2005, respectivamente.
Inmunizar a la mayor parte de la humanidad este año no es una utopía, pero la lógica del poder lo pone difícil.
Los Estados disponen hoy de un enorme margen de endeudamiento y no dudan en utilizarlo. Es una locura, en opinión de los ortodoxos.
El aumento de la deuda pública a consecuencia de la actual pandemia y de la crisis bancaria de 2008 ha superado el 122% del producto interior bruto en España y el 206% en Grecia. La montaña de endeudamiento se ha agigantado también en Italia (156%) y Francia (117%). Son niveles desconocidos desde la Segunda Guerra Mundial que amenazan la financiación del estado de bienestar y desvirtúan por irreales las reglas europeas, que limitan la deuda pública al 60% del PIB.
La lógica comunitaria no puede ser más lógica. Literalmente dice que cuando una comunidad se enfrenta a un problema, la solución debe afectar a todos por igual. Esto es, si hay que hacer sacrificios, deben repartirse entre todos, ya que el beneficio de solucionar el problema será para todas las personas de la comunidad. Si se nos permite la reiteración, es una lógica tan lógica que no admite color ni partido.
El Salto, junto con la organización OMAL, Reas Madrid y Carro de Combate organizan este curso sobre las transnacionales y el lavado verde, que será completamente online.
Sabíamos que lo de “saldremos mejores” era una de esas cosas que se dicen por decir. Cabía sospechar lo contrario, que saldríamos peores. Pero no tan, tan peores. El mundo pospandémico pinta muy mal. Aunque habrá probablemente ganas de divertirse y quien pueda gastará con alegría, las desigualdades y los desequilibrios se agudizan día y día. Pesarán durante años.
El coronavirus es un exponente del deterioro de la salud causado por el capitalismo.
El tránsito hacia una normalidad digna de ese nombre será difícil, aunque el certificado verde digital o los test rápidos puedan aliviar el camino.
Desde Italia
Unos 43 millones de italianos se encuentran hoy como hace justo un año, con un confinamiento que se camufla bajo la etiqueta de zona roja. Se puede salir de casa solo en caso de necesidad, urgencia médica o por trabajo. Para todo lo demás, no hay excusa que valga y el importe de las multas se ha aumentado para hacer que los italianos sigan firmemente esta regla. Esta es la teoría, pero si se hace caso al número de coches y de gente paseando por la ciudad, no parece que se hayan entendido plenamente las nuevas restricciones y lejos quedan las imágenes de marzo de 2020, con las calles completamente vacías.
Tanto tiempo ya, y todavía no he acabado de solucionar la relación entre mis gafas y la mascarilla. El resultado es que, a menudo, en la calle se entelan sin remedio. Así ha sucedido una vez más esta mañana, mientras iba a comprar el periódico. Viéndome más o menos solo he optado por la solución más cómoda: me he bajado la mascarilla a fin de airear los cristales.
La vuelta a la normalidad de la primera industria nacional, clave para la reactivación de la economía, va a depender del ritmo y eficacia de las campañas de vacunación.
Para limitar los estragos de la pandemia, que con tanta dureza golpea a EE UU, el nuevo presidente propone un plan de ayuda de 1,9 billones de dólares. ¿Será suficiente?
La pugna entre las inyecciones y los contagios provocados por las nuevas variantes determinará la evolución de la pandemia los próximos meses.
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