Transición energética y transformación social II
La oposición a cumplir los compromisos de reducción de emisiones viene de distintos frentes
La oposición a cumplir los compromisos de reducción de emisiones viene de distintos frentes
La guerra en Ucrania ha obligado a la Unión Europea a buscar proveedores de gas alternativos a Moscú, pero también a impulsar las energías renovables
El Tribunal de Cuentas Europeo pone al descubierto el mal funcionamiento del mercado debido al retraso en la integración.
1973. La URSS comienza a suministrar gas a los países de Europa Occidental coincidiendo con una tregua en la Guerra Fría y la apertura de Alemania Occidental hacia el Este. Es el inicio de una futura dependencia.
El descontrol de los precios deja al descubierto las grietas del mercado y fuerza a la Unión Europea a proteger a ciudadanos y empresas.
En la pugna por mejorar la conservación de energía, factor clave en una economía verde, participan tecnologías que utilizan cavernas junto con sutiles avances en las baterías
El castigo contra el régimen de Vladímir Putin no ha minado los ingresos del sector energético ruso ni ha desestabilizado el rublo, pero puede perjudicar el crecimiento económico del país a medio plazo.
El corte del suministro pone a prueba la unidad de acción de la Unión Europea ante Putin. La ciudadanía afronta los meses más fríos con la incertidumbre de si podrá calentar sus hogares
El giro al Este de Putin empezó mucho antes de la invasión de Ucrania, pero Rusia necesita mucho más a China que a la inversa.
Las monarquías del Golfo reafirman su alianza de intereses con Rusia pese a la presión de EE UU.
Biomasa, placas solares particulares o compartidas, geotermia y una arquitectura eficiente son algunas opciones.
Europa actúa por primera vez como actor global. Su respuesta a la agresión rusa supone un salto cualitativo en el proceso de integración.
La sensación de cerco en Moscú por la expansión de la OTAN es clave para entender el conflicto.
El Gobierno ha decretado que mientras dure el encierro no se pueden cortar los suministros básicos —agua, luz, gas— por impago. Es una orden lógica para evitar que el encierro, que para mucha gente ha significado una caída vertical de ingresos, se convierta en tragedia. Ahora la patronal del sector exige que se acote esta orden para impedir que con la excusa del encierro haya una fuga masiva de pagos y, por tanto, que se les permita hacer cortes cuando sea necesario.
Son los millones de euros que Enagás deberá devolver a los consumidores, después de habérselos cobrado en el recibo del año 2015 para sufragar el mantenimiento del fallido proyecto Castor. Es el resultado de una sentencia del Tribunal Supremo ante una denuncia de la patronal Cecot.
Es la indemnización determinada para compensar a la empresa Escal UGS (controlada por el grupo ACS de Florentino Pérez) debido a la paralización forzosa del proyecto Castor, un almacén de gas subterráneo frente a las costas de Castellón, después que se produjeran múltiples seísmos en la zona.
La futura directiva sobre la eficiencia energética no está a la altura de lo deseable y el establecimiento del nuevo etiquetaje de los aparatos será muy lento.
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