Falta camino por andar
Supermercados: Los plásticos todavía envuelven innecesariamente frutas y verduras, y también otros productos. Falta voluntad de cambio.
Supermercados: Los plásticos todavía envuelven innecesariamente frutas y verduras, y también otros productos. Falta voluntad de cambio.
La ficción de nuestro tiempo nos ha acostumbrado a los enemigos exteriores, no a nuestra propia responsabilidad.
Las navieras mediterráneas figuran en la lista de las compañías más contaminantes, junto con aerolíneas como Ryanair. Los barcos que navegaban a Europa y desde Europa emitieron en 2.018 .139 millones de toneladas de CO2.
Indolencia: Los países más contaminantes pusieron de manifiesto en Madrid su escasa voluntad de frenar el calentamiento global. Habrá que esperar a noviembre.
Difícil solución: Lo desechos plásticos lo invaden todo y dañan el medio ambiente. Para acabar con ellos hay que esforzarse tanto en el Norte como en el Sur.
Contaminación: A pesar de la marcha atrás de Madrid, la tendencia a restringir el tráfico para mejorar la salud de las personas es imparable.
España es el país europeo donde más se utilizan los pesticidas en la agricultura: 1,65 kilo por persona de estas sustancias químicas con que se rocían las siembras para prevenir eventuales brotes de insectos o parásitos que las destruyan. Desde el año 2011, su uso se ha venido incrementando un 5% anual, según la estimación de Ecologistas en Acción.
Al igual que sucede con la ganadería, el sistema agroalimentario español está basado en un modelo de agricultura industrializado que necesita grandes cantidades de recursos, como materiales, agua y energía.
El transporte marítimo es muy contaminante, de modo que se impone impulsar un cambio de los combustibles marítimos tradicionales para dar paso al gas natural licuado (GNL), además de reducir la velocidad de los barcos y de impulsar tasas portuarias para electrificar las infraestructuras.
La Dirección General de Tráfic o (DGT) ha clasificado recientemente a los coches en función de cuánto contaminan, mediante un sistema de etiquetas. Pero aunque este sistema supone un avance respecto de la situación anterior, no reconoce la realidad de la contaminación de parte de los vehículos, como han denunciado organizaciones como Ecologistas en Acción.
Grandes urbes de todo el mundo están aplicando distintas medidas para restringir el tráfico rodado en el centro. Porque la contaminación y la congestión son problemas que no se resuelven con la sustitución de los vehículos de combustión por los eléctricos, sino disminuyendo el número de coches.
Menos coches y eléctricos, más transporte público y vehículos compartidos, una red ferroviaria electrificada, apuesta seria por la bicicleta, ‘pacificación’ de calles... el paisaje urbano cambiará radicalmente.
Es uno de los grandes debates en ciernes. ¿Tiene sentido invertir cuantiosas cantidades de dinero en grandes infraestructuras que dentro de 20 o 30 años se tendrán que utilizar cada vez menos o incluso deberán cerrar?
La represión por la vía penal debería ser el último mecanismo al que recurrir en la protección del medio ambiente, pues los esfuerzos deberían centrarse en evitar los delitos y en una reducción tajante de las emisiones.
La transformación de la economía hacia un modelo que le dé la espalda al carbono requiere de inversiones colosales que, sin embargo, palidecen si se comparan con los ahorros que a la larga tiene el cambio, más allá de la prioritaria protección del planeta y la vida en él.
La transformación energética que le urge al planeta pivota en torno a la sustitución de las energías de origen fósil por otras de origen renovable. De ahí la importancia de que las autoridades —mundiales, europeas, españolas, autonómicas y municipales— planifiquen cómo se va a asegurar una mayor penetración de energías limpias.
España debe prepararse para la ‘descarbonización’ completa de su economía, a más tardar en 2050, lo que implica pisar el acelerador desde este mismo momento.
Acabar con la llamada basuraleza. Es el objetivo de la acción colaborativa en la que el pasado 15 de junio participaron miles de personas dispuestas a tomar distintos espacios naturales repartidos por el territorio español con el fin de limpiarlos de basura, principalmente residuos plásticos.
En este inicio de siglo, el principal reto moral que tenemos como habitantes del planeta es el del cambio climático. Nada va a afectar más a la humanidad. Es un cambio que, como generación, vamos a ser los primeros en sufrir y los últimos en poder evitar sus daños más catastróficos. Pero al reto moral se le suma un escenario de oportunidad en la transición energética.
¿Qué significa la transición energética? ¿Cómo debería acometerse para que sea justa? ¿Qué consecuencias tiene la situación de emergencia climática en la que nos encontramos?
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