El trilema del cambio climático
La industria supone un 28,2% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Descarbonizarla es un desafío técnico, económico y organizativo enorme, y debe abordarse con urgencia
La industria supone un 28,2% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Descarbonizarla es un desafío técnico, económico y organizativo enorme, y debe abordarse con urgencia
Del acceso a la vivienda a la brecha de desigualdad, pasando por la pobreza laboral, la adquisición de competencias digitales y la descarbonización
El humorista gráfico Darío Adanti analiza la situación de emergencia que afronta el planeta en un cómic muy serio y documentado, pero sin renunciar a hacernos reír.
Albino Prada, economista de la Universidad de Vigo y activista de Attac, reflexiona sobre la obra de Vaclav Smil, Los números no mienten (Ed. Debate, 2021) y analiza algunas de las cuestiones que le resultan más sustantivas.
Los expertos consultados por ‘Alternativas económicas’ urgen acelerar la reforma fiscal y la transición energética.
Una advertencia de la finitud de las materias primas.
Los fondos de cohesión brindan a España la oportunidad de superar sus carencias digitales y de transición energética, aún más evidentes después de la pandemia.
ENERGÍA: Una investigación tan necesaria como rigurosa sobre el oligopolio eléctrico.
El Banco Central Europeo ha admitido los riesgos financieros ligados al cambio climático. Pero su plan de compras masivas no refleja que los haya tomado en serio. El mercado de ‘green bonds’, por otro lado, está aún en pañales.
Una de las maneras más claras de hacerle espacio a las energías renovables en el sistema eléctrico, y de hacerlo a gran escala, es mediante las subastas. Lo que se subasta no son activos existentes, sino plantas que aún no existen y que supondrán capacidad futura para producir electricidad con fuentes de energía limpias. ¿Por qué son las subastas interesantes como instrumento?
La transformación de la economía hacia un modelo que le dé la espalda al carbono requiere de inversiones colosales que, sin embargo, palidecen si se comparan con los ahorros que a la larga tiene el cambio, más allá de la prioritaria protección del planeta y la vida en él.
Grupos ecologistas como Greenpeace, Amigos de la Tierra, el World Wild Fund (WWF) y Ecologistas en Acción llevan muchos años movilizándose en las calles, y en particular cada vez que los líderes políticos se han reunido para abordar cuestiones relacionadas con el calentamiento global.
Acabar con la llamada basuraleza. Es el objetivo de la acción colaborativa en la que el pasado 15 de junio participaron miles de personas dispuestas a tomar distintos espacios naturales repartidos por el territorio español con el fin de limpiarlos de basura, principalmente residuos plásticos.
La educación es la base para el cambio de paradigma energético. Concienciar a los niños y niñas de la importancia de cuidar el planeta puede hacerse desde múltiples vías. De entrada, se puede pensar en la introducción de una (o varias) asignaturas que informen sobre la emergencia climática y sobre el impacto de las acciones de los seres humanos en el empeoramiento del calentamiento global.
Los cubiertos, las pajitas, los vasos, los bastoncillos y los envases de plástico de usar y tirar… deben pasar a ser cosa del pasado. El consumidor tendrá que optar por otras alternativas que no tengan tamaño impacto ambiental.
La acción del ser humano es responsable del agravamiento del calentamiento global, pero a menudo no somos conscientes de cómo contribuimos a él en nuestra vida cotidiana. De ahí que hayan ido surgiendo mecanismos para medir cuál es nuestra huella ecológica.
El acceso fácil y detallado de una persona usuaria a sus datos de consumo y/o de producción de energía es uno de los pilares de la transición energética, en la medida en la que le permite participar en ella de forma activa.
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