Pequeños grupos de personas charlan en distintos puntos del planeta sobre el valor del trabajo, la relación con el trabajo, las condiciones del trabajo, el fin del trabajo. Aunque de entrada no lo parezca, todos ellos están (estamos) en el mismo barco.
El cortometraje ‘El corredor’ ha culminado con un Goya su espectacular cosecha de premios.
La película retrata muy bien el sacrificio personal de las mujeres en pro de sus derechos.
El cineasta Pere Portabella ofrece un fresco de la nueva política, vibrante y poético.
El monólogo irónico y provocador que Alberto San Juan ofrece en Autorretrato de un joven capitalista español, lleva dos años representándose porque mantiene su actualidad.
El documental Sí se puede. Siete días en la PAH Barcelona no deja indiferente. Dan ganas de llorar, o de romper algo, al minuto de haber comenzado a verlo.
“¿Soy un ladrón?”, se pregunta Hervé Falciani en el documental de diez televisiones europeas sobre la rocambolesca historia del robo de datos de clientes del HSBC, muchos de ellos evasores fiscales.
En el documental Heraldo de Madrid ¡Viva el periodismo libre! se dan la mano la historia y las nuevas formas que adopta la labor de informar.
Sobre casos de corrupción leemos todos los días. Sobre ciudadanos que, para destaparlos, tiran la piedra y no esconden la mano, casi nunca.
En Techo y comida, el cine ha pasado de puntillas a la hora de describir sin tapujos el pozo al que puede llevar la crisis.
El innovador cineasta Pier Paolo Pasolini, el que nunca aceptó aquello de que “las cosas son como son”, sigue ahí, incordiando e iluminando.
Peor sordo, peor ciego, peor mudo que el que no quiere oír, ni ver, ni hablar.
El cine francés se plantea poner un tope al salario de los actores según el presupuesto de la película.
‘Interstellar’ es un invento presuntuoso y muy caro.
Boyhood juega con el tiempo, con el fluir de la vida, los relevos generacionales. En ella se asoma la verdad desagradable de envejecer y morir.
L’endemà (El día siguiente), documental de Isona Passola, está pensada para embellecer el futuro a los catalanes que creen que vivirán mejor si son independientes.
Si uno confía en la exactitud de las historias que nos cuenta y del mundo que nos muestra el cineasta Jia Zhangke, el infierno está en la China.
La producción propia en España no es atractiva. Exportamos poco y tenemos un sector de exhibición minifundista, con muchas salas, no siempre bastante cómodas y modernas.
El poder tiene pies de barro. Así puede resumirse el film de Abel Ferrara Welcome to New York, inspirado en el célebre affaire de Dominique Strauss-Kahn (DSK), la supuesta violación de una empleada de Sofitel por el entonces director del FMI. (...)
El cine es muy poca cosa ante las toneladas de odio y mentira que destilan radios, televisiones y periódicos.
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